Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Ediciones Vernacci, luchando por la cultura literaria

Llevaba tiempo queriendo escribir sobre Ediciones Vernacci, una editorial relativamente nueva. En realidad llevo tanto retrasándolo que, desde que cayó en mis manos su primera publicación (Zombi) hasta el presente, han publicado ya tres novelas más, y tienen otras tres más calentando el banquillo, y por eso empiezo pidiéndoles disculpas, por tardar tanto, aunque creo que ya me conocen y saben que me es jodidamente sencillo liarme con temas de la actualidad hasta el punto de perder el hilo a mis promesas.

Una vez más, disculpas.

También os las pido a vosotros, porque por culpa de mi cabeza algunos no habréis descubierto todavía esta editorial, que lleva desde principios/mediados del 2018 dando guerra, calidad, personalidad y buen hacer a los lectores que tengan en sus tareas pendientes descubrir nuevos caminos de la literatura y no quedarse siempre con los mismo cinco autores de cabecera (que aunque te fallen vas a perdonar porque, joder, se han ganado a pulso este trato de favor, ¿no?). Y sí, llevan poco tiempo, pero eso no quiere decir que no hayan ya metido entre sus filas a un buen grupo de escritores de los que, de bien seguro, van a acompañarnos para siempre en nuestra memoria. Con la mano en el corazón lo digo.

Solo he podido leer sus dos primeras obras, pero creedme si os digo que es más que suficiente como para hacerse una idea de hacia dónde van dirigidos y de qué modo tienen pensado ir: como a ellos les salga de los huevos y publicando algo mucho mejor que historias de esas que se leen rápido y se olvidan como un mal polvo en el lavabo de un bar de chinos (lo que, traducido en la jerga literaria, sería un relato encuadernado y listo para coleccionar/prostituir, que no leer y sacar algo de cultura de él). Lo que Vernacci nos da son historias con varias capas, de las que te obligan a detenerte un segundo y digerir lo que te están contando o está sucediendo, y que con un lenguaje directo, bello, sincero y sin florituras absurdas y sin sentido (luego profundizaré en eso) nos transportan, en limusina o jet privados, a lugares que no habíamos ni imaginado.

Para centrarme (sí, por favor), hablaré brevemente (más que nada para que esto no tenga una extensión demasiado elevada) de estas dos publicaciones que he podido disfrutar, tratando de recrearme en los motivos de por qué estáis tardando en leerlos.

¿Os parece?

Zombi (Juan Díaz Olmedo)

Reconozco que cuando leí el título ya lo prejuzgué: ¿otra novela de zombies?, ¿en serio? Ya había salido escaldado de algunas de ellas por falta de ideas y nuevas visiones de este género maltratado por la búsqueda de las ventas fáciles, pero lo que te encuentras en esta obra es tan extraño, directo, violento, y está contado con una voz tan carismática y sincera que, la verdad, me quedé prendado de la historia desde el primer momento, no solo por lo que he dicho antes, sino porque además está regado de un buen número de reflexiones de las que te dejan el culo rotísimo, y de escenas que te hacen buscar en Verkami si hay alguna campaña para llevar este universo a la gran pantalla (ahí dejo la idea). Además, a diferencia de esos autores que se dedican a unir palabras rebuscadas y cultas, y que la mayoría solo buscan demostrar al mundo que son más listos que nadie, al tiempo disimulan su completa falta de ritmo o de inteligencia a la hora de narrar una buena historia, Zombite habla como un amigo (uno cabrón, para ser sincero), directo y sin florituras innecesarias, haciendo que en todo momentos no pierdas tiempo preguntándote qué cojones estará diciendo, sino que en caso de hacer una pausa será solamente para tomar aliento, y seguir.

Sé que debería profundizar más en la trama, o daros algún aliciente más, pero eso os fastidiaría la experiencia. Creedme, por favor. Os recomiendo que solamente leáis la perfecta sinopsis que hay en la web de Vernacci y dejaros coger del cuello a través de esta brutal novela.

Ya me tenéis esperando lo próximo de Juan.

Reina en el mundo de las pesadillas (Mar Goizueta)

Tengo la tara de que siempre que sale una editorial nueva trato de leer lo primero que publican (o lo recién sacado en caso de que me haya enterado tarde), y así poder sacar conclusiones sobre el terreno. Lo he hecho con todas las que han nacido desde que soy lector, y en algunas ocasiones esa única lectura ya me colocaba lejos de ese nuevo proyecto, deseándoles suerte y esperando a que algo me llamara la atención de ellos. Pero con Vernacci me pasó todo lo contrario: con Zombime quedé tan loco, tan prendado, que en cuanto salió el libro de Mar Goizuetatuve que tirarme de cabeza, a pesar de ser un libro de fantasía (de lo que menos leo) y que habían contado que tenía tintes poéticos (¡con lo mal que se me da disfrutar de la poesía!). ¿Y qué me encontré?, pues posiblemente con la mente más brillante, imaginativa, perfecta y limpia que he descubierto últimamente. Todo en el libro está en su sitio, cada frase, descripción o conversación, cada pequeño juego que nos rodea hace que no podamos dejar de admirar el modo en que esta autora vive las letras y ama la escritura.

¿Voy a profundizar más en el libro?, sabéis que no, que voy a hacer lo mismo que con Zombi, porque para mí es un pecado tratar de explicar el inmenso universo que se esconde entre sus páginas, y que en muchos momentos me pareció tan vivo y único como el de Fantasíade la Historia Interminable.

Por favor, Mar, ¿para cuándo tú próxima historia? <3

Ediciones Vernacci (¿todavía no habéis ido a su web?) acaba de nacer como el que dice, pero ya ha hecho mucho más por la literatura que otras editoriales que se dedican a coger banderas donde no las hay, o no pueden ni rozar, y pregonar a los cuatro vientos que se van a comer el mundo (cuando en realidad se auto fagocitan, o buscan enemigos a los que atacar en lugar de metas que alcanzar). Vernacci, al igual que otras nuevas promesas (Wave Books o Biblioteca de Carfax) o que editoriales que ya han demostrado lo bien que saben hacer las cosas (Apache Libros, Dilatando Mentes, Huso), tiene en el punto de mira el respetar la cultura y al lector, el no vender humo y mentiras con discursos sin sentido, sino demostrando lo que son con cada página de sus publicaciones, con cada autor entregado a la causa, y con cada buen gesto que les regala a cada uno de los que se atrevan a cruzar la línea que separa el entretenimiento de la verdadera literatura.

No puedo esperar a leer el resto de sus novelas publicadas (Doble Sesión, El Ángel Triste) o lo que está por venir (una antología Slaterpunk, Las Aventura de Alberto Zumarras o 20 Puertas hacia el más Allá: un Estudio de Lugares Encantados), porque sé que entre sus numerosos planes no están fallarle al lector o tratarlo como a un tonto.

Vernacci ha llegado para respetarnos y publicar buenas historias, de esas que te cambian para siempre; y eso es más de lo que pueden decir algunos.