COMEDIA

Las amígdalas de mis amígdalas… se las ha llevado Piedrahita

Todo lo que había visto de Piedrahita, hasta la fecha de ver su espectáculo, eran un par de monólogos en el club de la Comedia, y la magia que hacía en el Hormiguero. Muy poco como para poder tener una opinión objetiva sobre él.
Así que cuando vi que visitaba el Centro Niemeyer de Avilés con ‘Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas’, no lo pensé dos veces; yo debía ir. Y fui, todo sea dicho, gracias a Moíses y Yaiza por ser siempre tan amables, tan profesionales y tener una sonrisa siempre puesta, aunque sea virtual.

Porque una solo cree en lo que ve por una misma. Cuando algunas personas se enteraron de que lo vería, la mayoría me dijeron ‘’disfrútalo, porque si como mago es magnífico, como humorista es un auténtico genio’.

Y esa opinión ajena casi fue como un reto, por lo poco que me fío de la objetividad de la gente cuando algo les gusta o son ‘fans’.

Me encontré con un auditorio absolutamente repleto. En serio, literalmente, no había ni un solo asiento vacío.

Luis Piedrahita aparece en escena, todos aplauden y nada más abrir la boca, ya me ha hecho reír. Sus palabras propuestas debería proponérselas a la Real Academia Española, porque además de divertidas, son muy acertadas.

Ochenta y cinco minutos en los que, incluso con apagón de luz, siguieron las risas y quedó más que demostrado lo buen profesional y humorista que es. ¿Qué los problemas de luz es un punto negativo? Puede, si no sabes lidiar con ello, pero no es el caso. A Piedrahita no le hace falta luces ni focos para iluminar una sala.

Con el permiso de La Vecina Rubia debo decir… ‘Quédate con el que te haga reír como Piedrahita’… Y si, en este caso, debo decir que es, absolutamente, un genio del humor.

Y, para finalizar, yo propongo una nueva palabra: Enamorahita.

Definición: Dícese de aquel ser humano, hombre o mujer, que asiste por primera vez a un espectáculo de Luis Piedrahita, y no solo lo lleva clavado en el alma, también en el corazón.

 

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