Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Vivimos en esto

Vivimos en esto

AVISO IMPORTANTE-1

(No me creo poseedor de la verdad absoluta, sino que quizá estoy lo suficientemente loco, o no me enseñaron a callarme en el colegio, como para decir sin miedo lo que pienso sobre el mundo que nos rodea)  

AVISO IMPORTANTE-2

(Esto no va de política, sino de cultura. Algo mucho más importante)

Vivimos en un mundo donde la cultura puede llegar tan lejos con solo un botón que señale a un simple link que, por desgracia, el vaso que va recogiendo a los autores se ha derramado por completo.

Vivimos en una sociedad donde la calidad de los textos, y la música, y las artes visuales se mide por la cantidad de gente que habla de ella, y no por el talento del autor.

Es una pena, pero así es.

Lo peor de todo no es que vivamos en una burbuja llena de mentiras y de mil bocas que nos recomiendas tres mil cosas que hacer, es que hemos perdido la capacidad de elegir por nosotros mismos y dejamos que sean los que se creen más aptos o carismáticos o (madre mía lo que voy a decir…) inteligentes los que nos tiren las migas de pan que seguir en el camino de nuestros hobbies.

Esto es solo una opinión personal, pero si hay algo dentro de este podrido mundo que nos hemos fabricado por pura vagancia que, sinceramente, creo que no ayuda (es más, creo que hace que las cosas vayan a peor) son los clubs de lectura de autores muertos, o también llamados “clásicos”, y los recitales centrados en autores noveles (que no De autores)

E iré por partes.

Lo primero es algo que nunca he comprendido, y que me parece solo un acto de pedantería que puede compararse con facilidad a masturbarse mirándose al espejo. Los autores clásicos, esos que si no leíste en su época, seguramente, ahora te parecerán que escriben de un modo antiguo, no necesitan que se hagan clubs de lectura ni mesas redondas, joder, ¡ellos ya están arriba y serán inmortales!, lo que hacen falta son clubs en los que se hable de libros nuevos, de autores jóvenes o que sean desconocidos para el gran público y, ahí, sí que puedes poner de ejemplo a autores consagrados, porque eso sí que servirá de algo para nuestra cultura y, por descontado, para las editoriales y autores que han arriesgado con este libro. Tampoco entiendo aplaudir a gente que saca libros de Lovecraft o de Bradbury ahora, porque, como dije en otro artículo, esos libros ya están vendidos antes de imprimirse pues somos (me incluyo, sí, aunque lo hago sobre todo con el cine) muchos frikis locos que necesitan una nueva edición tapadura/bordesdeoro/prologodelautordemoda en su estantería. Por eso, si de verdad quieres aportar algo a la cultura, si de veras te interesa algo que no sean los halagos de los demás por el simple hecho de decir que Bukowski es un autor maldito (anda y vete a tomar por culo), piénsatelo antes de dedicar una tarde de tu vida a algo que en Nada hará que la gente descubra algo que en clase de literatura o en una biblioteca de clásicos encuentra sin querer.

Y ahora mi favorito: los recitales de poesía centrados en autores noveles.

Muchos amigos me han recomendado ir a nuevos recitales que se están creando, y seguramente iré, pero lo que no comprenderé ni apoyaré será aquellos que leen autores noveles sin tener ningún libro de ellos a la venta en el mismo cuarto, porque a ver: ¿de qué sirve que alguien se ilusione con un poema si, a los tres segundos, no puede comprar el libro de ese autor que olvidará, asegurado, en cuanto salga del local? La memoria humana es como una pizarra al aire libre; si no se apunta rápido lo que hay en ella, en menos de dos minutos olvídate de tratar de recordar algo. Podrás decir que el poema iba de esta cosa o de aquella otra, pero el autor o el libro donde lo ha leído el genio que está en las tablas (que si es el mismo autor ya os aseguro que llevará al menos cinco libros encima para vender después) no va a recordarlo nadie a no ser que sea tu amigo. Olvídate, de veras. Por eso no entiendo cómo puedes ayudar a nadie si lo único para lo que sirve ese acto es para que los organizadores y lectores del escenario se lleven un aplauso y una reseña de lo más extraña si se tiene en cuenta que ellos, aparte de leer (que es algo que hace casi el 90% de la humanidad), no ha hecho nada más.

El mundo es para los que arriesgan, los que inventan nuevos actos y los que aman de verdad lo que hacen sin buscar una palmadita en la espalda o una palabra bonita, pero por desgracia esta verdad está siendo violada por tanta gente a tantas horas y tantos días que va a ser difícil salir de ahí. Pero bueno, siempre he dicho que aquel que se moja mientras llueve teniendo un toldo cerca es porque una de dos: o le encanta estar mojado, o es más feliz estando enfermo.