Sombras de Guerra: sed de venganza

Se puede decir sin miedo a equivocarse: Monolith Productions ha sabido ver qué mantener y qué mejorar de Sombras de Mordor y ha creado una secuela de la que estar orgullosos.

El montaraz Talion y el espectro del elfo Celebrimbor vuelven a protagonizar esta historia ambientada en la ya familiar Tierra Media y con el objetivo final de derrotar a Sauron.

El panorama es muy similar al de su predecesor: las fronteras entre las tierras oscuras de Mordor y las de los hombres se tambalean, hay orcos por todas partes y los hombres unen sus escasas fuerzas en una guerra casi perdida. Talion, ayudado por los poderes y consejos de Celebrimbor, continuará su camino hacia la venganza a través de un mapa más extenso y variado que en Sombras de Mordor y haciendo extrañas alianzas con viejos conocidos como Gollum y Ella-Laraña.

Pero, ¿cuál es la verdadera estrella de esta nueva entrega? El sistema Némesis. Madurado tras Sombras de Mordor, sus posibilidades se han extendido bastamente.

Podremos realizar alianzas y tomar el control de individuos orcos para que nos apoyen en nuestras misiones y asaltos, intervenir en el curso de los acontecimientos y devenir de algunos personajes, mermar las fuerzas de combate orcas derrotando a sus comandantes y capitanes e -sí, hay muchas más novedades, pero esto emociona a cualquiera- incluso podremos ir a lomos de un dragón.

Aunque no nos durará mucho la alegría de los nuevos descubrimientos, Sombras de Guerra es un juego exigente.

Tendremos que pelear contra lo mejorcito de Mordor, contra nuevas bestias y realizar todo tipo de misiones para ganar toda la experiencia necesaria para completar la enorme rama de habilidades y reunir equipo de alto nivel para estar a la altura.

Además, con la constante presión de que cada vez que seamos derrotados, nuestros enemigos se harán un poco más duros de pelar.

La Tierra Media: Sombras de Guerra es un acierto para todos los fans de Tolkien solo por el hecho de poder “vivir” una nueva aventura dentro de su universo, destrozar violentamente alguna que otra cabeza de orco y encontrarse con personajes a los que ya estamos familiarizados, pero también es una perfecta recomendación para los amantes del género RPG.