Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Si Pedro Sánchez ha publicado, tú también puedes

El pasado fin de semana tuve la suerte de que me permitieran, en una feria literaria, un domingo, a las 17:30 de la tarde, hablar un poco sobre mis novelas, mi estilo al escribir, y a responder sin miedo a todo lo que quisieran preguntarme los asistentes. Tuve mucha suerte, porque al coincidir mi charla con la de otra escritora, cuya presentación fue al aire libre delante de dos ancianos (uno creo que estaba muerto), un niño dormido y una mujer de mediana edad, que supongo que era su madre, conté con un público que consistía en mis padres, una organizadora de la feria, una concejala de un pueblo vecino, y dos mujeres que pasaban por allí y querían saber algo de la locura que escondía mi última novela (Los mitos caídos de Nuestra Infancia, de Wave Books).

Las comparaciones, a veces, es lo único que nos queda en la vida.

El caso es que fue una muy buena charla, plagada de geniales y algo puñeteras (mis favoritas) preguntas, en las que pude dar rienda suelta a esta problemática lengua que me ha tocado, y a las opiniones sinceras y muy negras que tengo de nuestra sociedad, nuestra cultura, el humor, y todos estos temas sobre los que me dejan escribir en YellowBreak (os habéis ganado el cielo, por cierto). Y entonces llegó una pregunta que me gustó sobremanera, que venía por algo que dijo otro escritor esa misma mañana en otra charla, y que consistía en una “simple” pregunta: ¿es complicado publicar un libro con toda la oferta que hay en el mercado, y al haber más escritores que lectores últimamente?Recuerdo que comencé a sonreír antes incluso de que acabara de preguntar, y dejé que mis ideas explotaran.

Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de analizar el mundo literario que nos rodea es que, en el último lustro más o menos, ha habido un auge de pequeñas, y no tan pequeñas, editoriales que se han dado cuenta de algo que solo los muy lectores, y los que nos atrevemos a entrar en este mundo de la escritura, somos conscientes: lo que se publica en grandes sellos es, de media, una mierda pinchada en un palo cubierto de más mierda. Los grandes sellos saben lo que quiere el lector medio, que es ese que con suerte lee un libro cada tres meses, y que no es otra cosa que historias fáciles de leer, sencillas de seguir, y cuya moraleja casi se intuye solo leyendo el título y la sinopsis. Y con esto, ojo, no estoy diciendo que estos lectores sean unos gilipollas (o el menos no todos), pero sí que con su modo de apoyar la “cultura” han creado un monstruo que solo busca ese superventas que no se recuerda, para bien al menos, pasado un año, y después seguir adelante con el siguiente.

Porque, a ver: ¿Quién escribió La Chica del Tren?, ¿y el Chico del Pijama a Rayas? ¿Qué coño ha sido de la terrorista que nos regaló Cincuenta sombras de Grey? Os lo diré: han publicado algo más con estos sellos, que no ha dado ganancias, y al hoyo con ellos. Y entonces hubo gente que se dio cuenta de que había un gran grupo de lectores de verdad que, aburridos de esta mierda, iban a lanzarse de cabeza a nuevas voces e historias, a cosas que de verdad valieran la pena ser leídas y, ¡BOOM!, se creó el monstruo llamado Más escritores que Lectores en el mercado.

He hablado y nombrado, o dejado caer sutilmente pero sin disimulo, muchas veces a este tipo de editoriales, cuya utilidad va desde la MUY necesaria (que buscan o buenas historias, o escritores talentosos e innovadores, o atmosferas bizarras y/o plagadas de humor gamberro (la mayor parte de las veces con traducciones perfectas), o la CiFi de calidad, o esas obras premiadas en el extranjero, o, para detenerme ya, las que te llevan a ese extremo del terror que, hasta ese momento, era muy difícil de encontrar en librerías), a la completamente olvidable e inútil tanto para la cultura como la inteligencia media humana (ya sabéis, de las que solo buscan recuperar su dinero a base de publicar gente con muchos seguidores en redes o que han triunfado con otras editoriales y con trampas se “los roban”, o que van de progres en las redes, o que anteponen el dinero rápido, negro, y fácil en historias que cabrían en una revista quincenal, mientras se las dan de defensores y salvadores de la moral, usando solamente palabras inventadas, contratos de mierdas, y pagos inexistentes para sus escritores… Vamos, una joya de gente a los que, por suerte, Thanos ya ha puesto en su lugar).

Así que, volviendo a la pregunta: ¿es complicado publicar?, pues un rotundo NO. Ahora, en este mundo que vivimos, da igual lo que escribas, siempre que sea bueno y merezca la pena, porque seguro que hay una editorial que apostará por ti y te dará un pequeño trampolín que, tras el salto, depende completamente de ti seguir teniéndolo bajo los pies, porque, como hacen muchos y a los que respeto, tras la alegría inicial llega la realidad, y hay quien decide rendirse cuando se dan cuenta de la titánica lucha que hay tras todas las lucecitas que te ciegan de camino a ese bonito sueño que es dedicarse a escribir, y ganarse la vida con ello.

Además, por poner un ejemplo actual y que todos conoceremos, si han publicado el libro “escrito” por Pedro Sánchez podéis estar tranquilos: ALGÚN DÍA OS PUBLICARÁN A VOSOTROS.

Sí, en parte todo iba encaminado a cagarme en esta publicación. Sutil, ¿verdad?

Primero diré que ni de coña voy a gastar mi dinero es esa basura editorial escrita por un negro al que han pagado con un puesto en el gobierno (¡eso sí que es un contrato editorial!), pero se han filtrado tantas frases inolvidables y páginas enteras de esta calamidad que, en realidad, se podría decir que muchos hemos leído más párrafos de este libro que de obras clásicas como el Quijote o la Odisea (que yo me he leído los dos, pero ya entendéis lo que trato de decir). Así que, míralo así, si este señor que cambia más de opinión que un enfermo bipolar, que miente más que habla y, además, se cree que no somos capaces de buscar en una hemeroteca los discursos que lo han lapidado tanto profesionalmente como personalmente, ha publicado un libro con su cara en la portada (que no crítico este detalle, porque he leído grandes libros con esta horrorosa manía, pero al menos podría haber escogido un retrato en el que no pareciera que estaba cagando una bolsa entera de chinchetas) y lleno de tonterías sin sentido que se parecen más a masturbarse viendo fotos tuyas de joven que a una historia bien hilada y con interés, no te preocupes, joven escritor, porque en algún momento te publicarán sí o sí.

Visto lo visto, los sellos editoriales importantes (y sus microgrupos) se han empeñado en que solamente haya en las librerías hojas vacías de contenido con olor a insultos hacia nuestra inteligencia, y les ha salido el tiro por la culata porque, con ello, han logrado que un grupo de valientes amantes de las letras apuesten por autores nuevos, jóvenes, valientes, y que han llegado para quedarse en la mayoría de los casos.

Así que gracias, de corazón, a todos los que creéis que el mundo está lleno de idiotas a los que es fácil robarles el dinero de los bolsillos con vuestros libros de mierda, porque habéis abierto la veda a las pequeñas Gran editoriales que piensan, de verdad, en la cultura, y tratan con respeto a sus clientes.

Y gracias, Pedro Sánchez: con tu libro mucha gente se atreverá a enviar manuscritos a las buenas editoriales. Al menos tu paso por la historia de nuestro país servirá, de verdad, para algo verdaderamente digno de recordar.