Rocketman

Sir Elton John arranca los aplausos hasta en biopic

Llega a las pantallas de cine Rocketman, una película para calentar motores de cara al concierto de Elton John en el WiZink (Palacio de los Deportes) de Madrid el próximo 26 de junio.

por Rosa Panadero

El cine musical volvió a llenar salas de cine con La La Land en 2016 y, cuando todavía no se han extinguido los ecos del biopic Bohemian Rhapsody de este último invierno, ya tenemos el homenaje a otra leyenda, Elton John, interpretado por Taron Egerton en Rocketman (Paramount Pictures).

La historia de Reggie niño se transforma en la de Elton a los 23 años, pero los dramas infantiles sin resolver le acompañarán durante décadas. A pesar de ser poco menos que un Mozart desde tierna edad, el desprecio paterno y la falta de interés materno por la criatura ayudan a que el talento se concentre en las teclas del piano del salón de una casa obrera. Y como suele pasar, la falta de cariño o de atenciones ayudan a agudizar otras capacidades, que ya de por sí eran buenas.

Si Malcolm Gladwell hubiera llevado a las páginas de Outliers el éxito de Elton John y su letrista Bernie Taupic, seguramente habría compartido el capítulo de las míticas diez mil horas de maestría con la biografía de The Beatles en Amsterdam para cocinar a fuego lento su vuelta a tierras inglesas.

Sorprende un poco la increíble facilidad para llegar a lo más alto del Olimpo musical y angustia saber que acabará cayendo varias veces -infarto, intento de suicidio- abandonado por todos. En ocasiones parece que el exceso de trabajo es lo que le salva de pensar, y esa relación con la audiencia en los conciertos abarrotados en cualquier estadio del mundo es muy especial. Posiblemente fueran los únicos momentos en los que el músico se sentía querido, pese a la profecía materna de que nadie le querría como es debido.

El vestuario del film merece capítulo aparte, porque el trabajo milimétrico con los diseños más estrambóticos, como el vestido de Reina en Australia, están calcados de la realidad.

Varios desamores, un matrimonio falso, muchos gramos de cocaína esnifada, más litros de alcohol todavía servidos del desayuno a la cena y millones de libras ganadas aparte, podrían ser los elementos para describir a cualquier artista caído en desgracia, Elvis Presley, Robert Downey Jr,… Pero es Elton el que nos da la clave de cómo salir del hoyo: sólo cuando abraza a su yo infantil y se acepta comienza a ser plenamente feliz.

Taron Egerton, que se dio a conocer como el adolescente problemático que se convierte en caballero en Kingsman, cambia de registro y, falto de unos cuantos kilos extras para realmente aparentar más ser Elton John, hace un trabajo bastante decente, a pesar de que la cinta intenta reflejar demasiado cronológicamente los eventos del cantante y músico. Y dado que se refleja lo más importante, se echa en falta un guiño a su actuación en la Abadía de Westminster en el funeral por Lady Di en 1997. Dicen que acabó harto de Candle in the Wind. Quizá sea cierto. Aquí seguimos poniendo Carros de Fuego cada vez que hay una entrega de premios deportivos.