El reto del verano: 500 experiencias para que tu vida no vuelva a ser la misma

por Rosa Panadero

Verano. Por fin estás de vacaciones. Qué sosiego. Tomas el sol en la piscina de Madrid o en la playa y estás dale que dale al móvil, buscando el cine de verano del Conde Duque, el cine de verano en Fuengirola, el cine de verano en Boadilla, o en Alcalá de Henares, o en Cádiz.

Incluso si estás pegado a la radio o escuchando el Yuyu del Verano de Canal Sur Radio y te partes de risa oyendo los chistes de Yuyu a través de Ivoox: te apetece hacer otras cosas que no estar tumbad@ mientras las hormiguillas te cosquillean entre los dedos de los pies, o la arenilla te empana como un sanjacobo en tu vuelta y vuelta sobre el pareo de flecos blancos con descuento de Lidl (acuérdate de la tabla de paddle surf y el colchón inflable en tu lista de Favoritos).

Al final el “feed” de tu móvil sólo te genera cosas que te gustan. Somos como el perro de Pavlov, le seguimos dando con la patita a la palanca que nos da gustirrinín, no salimos del tedio estival y las vacaciones, antes o después, se acaban. Ahora o nunca.

Portada 'Ahora o nunca: 500 cosas que hacer por lo menos una vez en la vida'Sí. AHORA. O. NUNCA.

500 cosas que hacer por lo menos una vez en la vida (Plaza & Janés), te lo dice Elise de Rijck, cuyo libro está en varios idiomas en Amazon si lo que quieres es mejorar tu nivel A1 en neerlandés o inglés, y de paso conviertes tu vida en la ocasión única si completas los 500 retos: montar en elefante, dormir en el transiberiano, aprender a hacer malabares, nadar con tiburones, caminar por la selva amazónica…

Vale, hay cosas más simples que también son un desafío en el día a día:

_ Ir en pijama al cine. Lo tengo en tareas pendientes, porque con Netflix, HBO, Movistar+, veo cine en pijama desde la chaise longue del sofá.

_ Escribir un libro. Ya llevo dos y el tercero en mente. Las redes sociales no me dejan tiempo, es lo que tiene promocionarlos.

_ Ducharte con los calcetines. Por ahí no he pasado, pero en mi adolescencia entré en la ducha con gafas más de una vez.

_ Poner un Mentos en la Coca-Cola. No lo he hecho, pero he visto los vídeos en Youtube. Wikipedia lo explica guay.

_ Ir en canoa o en kayak. Ahí sí que sí. Me he bajado medio río Sella en Asturias y también he paleado en Estocolmo compartiendo canoa con un japonés. Ahí es nada.

_ Sufrir la picadura de una medusa. Ay, no, por favor, no soporto los bichos marinos. Ya me picó un pez escondido en la playa de Salinas una vez y no me hizo ninguna gracia. 

_ Llamar desde una cabina telefónica londinense. ¿Se puede ser más hortera?

_ Hacer una lista de todas las personas a las que quieres y decírselo. No me va el pasteleo, prefiero llamar por teléfono y pagar la cuenta después.

_ No gastar ni un céntimo durante una semana. A ese me apunto cuando pasen El Límite 48 horas de El Corte Inglés, porque después ya no me fiarán ni en la panadería. 

_ Ahorrar para tu jubilación. Vaya. Tendré que tomármelo en serio, siempre creo que no llegaré.

_ Vivir tres meses o más en el extranjero. A ver, que me he tirado 18 años fuera de la madre patria, he visitado más de quince países y cruzado a las antípodas desde donde vivía en un viaje de 25 horas, ya está bien de viajecitos, ¿no?

_ Encontrar el trabajo de tus sueños. Ya lo tengo. Escribo lo que me da la gana en YellowBreak (lo habrás notado ;)

_ Averiguar cómo funciona por dentro una fábrica de chocolate. Tarea cumplida, me fui a Versoix (Suiza) para ver la fábrica de Faverger, que opera desde 1826 y tiene distintas recetas y temperaturas según el origen del chocolate. Me vestí de buzo para hacer el tour por las tripas de “l´usine”. ¡Ah! Me olvidé los pendientes en la taquilla y me los mandaron por correo con una postal. Qué legales estos suizos, eh? La señora de la tienda es de Vigo, así que hablamos un poco de todo. 

_ Lanzar tomates en la Tomatina de Buñol. Pues la verdad es que tanto guarreo no me atrae, prefiero ir bien duchadita desde la mañana, gracias. 

_ Subir al Burj Khalifa de Dubai. Pues mira que he estado veces comiendo por allí cerca, pero hacer el canelo en el ascensor estando al borde de la lipotimia con el calor,…no, la idea no me ha seducido.

_ Comprar un libro y que te lo firme el autor. Oh, sí, hace muchas lunas fui con mi madre a la Feria del Libro y lo hicimos.

_ Bailar un tango en Buenos Aires. Me lo apunto, si la artrosis me lo permite.

_ Mantener viva una planta durante un año. Conozco a alguien que no lo superaría, pero mis balcones parecen un vergel.

_ Asistir a una boda. O no, otra más no, por favor…

_ Bailar la Macarena. Lo hice, lo hice, pero nunca lo había confesado hasta hoy.

Solo necesitas que alguien te recuerde que la única persona que puede hacer realidad tus sueños eres tú mism@. Y ese alguien es este libro. Suerte con los desafíos y feliz verano.

Información elaborada por RPC http://www.rpconnnection.net