PIXIES: SU LEYENDA PERDURA SIN KIM DEAL

Tras la marcha de su bajista, los de Boston mantienen el nivel de antaño y lo demuestran en su gira Head Carrier.   

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Por todos es sabido que el tiempo, algún parón o la marcha de alguno de sus miembros hace mella en las bandas. Pixies tenía todos esos ingredientes. Después de la publicación de su álbum Trompe le monde en 1991, su líder Black Francis anunció la disolución de la banda sin ningún tipo de explicación al respecto. Durante esa década cada miembro se embarcó en distintos proyectos, de los cuales The Breeders, la banda de la carismática Kim Deal, fue la más destacable y exitosa gracias al archiconocido Cannonball, entre otras joyas.

En 2003 corrían los rumores de una posible reunión de los Pixies. Tanto es así que su cantante y líder, Black Francis, anunció para 2004 una gira de reunión, la primera tras más de 10 años de silencio. Evidentemente, fue un rotundo éxito. Avanzaba el tiempo y Francis no descartaba la publicación de un nuevo álbum. Sin embargo, Kim Deal anunció en 2013 que abandonaba el grupo. Un duro revés, pues Deal tenía mucho peso dentro de la banda al encargarse de buena parte de los coros, la voz principal en algunas de sus canciones y, por supuesto, de llevar el peso de las cuatro cuerdas. Cabe destacar el tema Gigantic, dentro de su primer álbum del 88, Surfer Rosa, como muestra del potencial de Kim Deal.

Así pues, a pesar de un silencio de 13 años y la marcha de un miembro clave en el sonido Pixies, Black Francis y los suyos no arrojaron la toalla y cumplieron su promesa. En 2014 la banda contrató como bajista a Paz Lenchantin y publicó su esperado nuevo trabajo Indie Cindy. Como es de esperar de una banda que lleva mucho tiempo sin publicar nada y que acaba de perder a un miembro importante, en este disco los Pixies suavizaron su sonido: la acústica de Francis, otrora batallera y macarra como en Nimrod’s son o Vamos, emite progresiones más melodiosas y menos contundentes, la batería de David Lovering marca un tempo más pausado, Joe Santiago se muestra más melodioso con su Les Paul y el Precision de Lenchantin, bueno, hace lo que puede. La canción Indie Cindy lo ejemplifica fielmente. Teniendo en cuenta estos factores, es evidente que no es un álbum a la altura de la vigorosidad del clásico sonido Pixies de antaño. Los años no pasan en balde.

paz_pixiesLlegamos por fin a principios de 2016 y los bostonianos anuncian la publicación a finales de septiembre de su sexto álbum, Head Carrier. Aquí, Pixies vuelven a endurecer su sonido. La guitarra de Santiago se muestra más contundente y Francis cuelga su acústica para volver a su fiel Telecaster. El ritmo es más alto y las líneas de bajo más engrasadas. Se nota que Lenchantin ha tenido tiempo para integrarse en la banda. A todas luces, este trabajo supera con creces al anterior. Por el contrario, Head Carrier peca de poco arriesgado y poco temerario. Atrás queda la anarquía vocal de Francis y el caos guitarrero de Santiago (Baal’s back y Um chagga laga son la excepción que confirma la regla) que hacía que cada canción te emocionara. Pese a mejorar en sonido e intención, no es un disco innovador que tengas ansia por escuchar porque todas las canciones sean diferentes y al acabar una estés pensando: “Vaya tela, a ver de qué forma me sorprende y conmueve la siguiente”. En este statu quo, nos enteramos de que Pixies estarán el 8 de Julio en el BBK de Bilbao y el 20 de noviembre en el Sant Jordi Club de Barcelona. Estudio Los Santos no dudamos en acudir a ambas fechas para confirmar si su directo sigue siendo tan arrollador como en los noventa o si, efectivamente, por los años y la ausencia de Kim Deal, están perdiendo fuelle. La gira Head Carrier se antoja crucial para Francis y los suyos.

black_pixiesQuien haya visto a Pixies en directo sabrá que cada concierto es único, pues no tienen preferencias en cuanto a su set list; rara vez lo repiten. Tocan una media de 30 canciones, muchas empalmadas, y nunca, nunca, se dirigen a su público. Esto puede parecer pretencioso por su parte, pero personalmente lo considero una seña de identidad y, por supuesto, un gran acierto. ¿Para qué tenemos que oírles agradecernos los aplausos cada tres canciones cuando, en vez de eso, nos regalan cinco temas más?.

El de Bilbao fue un concierto asombroso. Desde su inicio con Bone machine hasta el final con Planet of sound estuvimos vibrando cada nota. Los clásicos caían rápidos como una andana de flechas. No daba tiempo a asimilar tanto arte. Efectivamente, hablo de Monkey gone to heaven, Isla de encanta, Velouria o Hey, entre otras. También es necesario destacar el empalme que hicieron con Where is my mind, Here comes your man y Vamos. Pura ambrosía sonora. Podéis consultar el set list de este concierto aquí.

joey_pixiesEn Barcelona, sea por que no estaban en un festival o porque sabían que el público sería más mayor y estaría más paradito (maldigo a los de mi alrededor por mirarme mal cada vez que me dejaba llevar), Pixies bajaron el pistón. Para nada fue un mal concierto, sino que el set list elegido estaba más cargado de temas de su último álbum en detrimento de alguno de sus inmortales clásicos (el mono que subió al cielo no descendió esa noche). Otra decisión que no comparto es elegir Where is my mind como cuarta canción en lugar de dejarla de las últimas cuando los ánimos estarían más caldeados. No obstante, a toro pasado, considero que fue una decisión acertada teniendo en cuenta la rigidez de los huesos del público. Pese a todo, salimos con la grata satisfacción de haber visto a los Pixies (¡Pixies!) por segunda vez en la misma gira.

En definitiva, el de Bilbao fue vibrante y frenético, repleto de caos controlado y predisposición a que Pixies invadan tu alma a través de tus tímpanos. Por su parte, el de Barcelona, fue la confirmación de que Black Francis y los suyos siguen en muy buena forma. Hacen y deshacen. Proponen siempre nuevos conciertos. Te desmontan tus esquemas tocando temas que creías que no tocarían o que creías que tocarían al final pero empiezan con ellos… El Adiós de Kim Deal ha hecho daño, sí. El tiempo pasa para todos por igual, también. Sus discos ya no son lo que eran, lo admitimos. Sin embargo, los de Boston siguen siendo la última superbanda con sangre grunge que aún perdura. Sólo ellos te pueden hacer saltar de euforia y a la siguiente canción enamorarte de la persona que tengas al lado. Afortunadamente, Pixies siguen siendo leyenda.

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