Llegado el momento en toda vida del buen cinéfilo, ocurre una experiencia única que te hace volver a replantearte el verdadero amor que se le tiene al cine. Algunas veces se dan con el estreno de una película, las declaraciones de algún personaje del cine o como en mi caso, cuando ves de cerca la pureza del séptimo arte.
Este momento, para mi llegó el pasado día del padre. Fecha a marcar en mi calendario, pues he tenido la fortuna de poder ver Los Odiosos Ocho en su formato original en el único cine español donde se emitía.
Os lo digo desde mi amor incondicional al cine, he tenido un flechazo con los 70mm.
El cine gana otra vertiente en su visualización, la magnitud de la pantalla se duplica, literalmente; el cine comercial que nos tiene acostumbrado a sus 35mm se queda pequeño, pues el tamaño doble de las escenas te hace ver el film con todo lujo de detalles, teniendo incluso que mover la cabeza para seguir los diálogos, que por cierto Tarantino se corona con ellos. Lo sorprendente de este formato no es únicamente el tamaño duplicado de las imágenes, lo que realmente gana espectacularidad es la presentación del film que contempla todos los detalles; desde el momento que te sientas estas percibiendo el concepto de “espectáculo”, una cortina roja enorme cubre la pantalla, una proyección con las letras de la película que vas a ver ilumina la cortina y de fondo un hilo musical con la banda sonora del film acunan tus oídos; banda sonora en pequeñas cápsulas sonoras que te ponen en tensión pero no te adelantan nada y, como gran detalle, el descanso a mitad de película, parecerá una tontería pero así gana mucho el film.
Y de repente empieza el film, enseguida te das cuenta que estas ante lo que en su momento más purista se llama CINE. Muy lejos de la prostitución digital que ha sufrido el celuloide, te vuelves a sentir descubridor de un nuevo arte, como si nunca hubieras visto una película, lejos queda el “cine” comercial rellenasalas, estás viendo una película purista, pensada para que el espectador se divierta y rememore lo que es el séptimo arte.
Gran paradoja la experimentada, pues ver como usando formatos antiguos de cine se puede revivir experiencias espectaculares viendo una película.
Así es gente, después de ver una película en 70mm, he vuelto a creer en la parte más purista del cine y lo que es mejor, ha reavivado la llama de amor por el cine.
Menos 3D y más 70mm
