¿Os suena la palabra respeto?
Los momentos más divertidos de nuestras vidas han sido aquello en los que, irremediablemente, nos hemos cruzado con alguien que no piensa igual que nosotros, ya sabéis, esa gente que hace un comentario o critica alguna cosa y, antes de que acabe la frase, ya sabes que te va a caer bien. Y digo que son los más divertidos no porque acaban conmigo o con él bajo las ruedas de la verdad del otro, sino porque siempre me he encontrado con gente abierta y que sabe respetar a los demás por sus ideas.
Respetar por sus ideas (lo repito por si a alguien le ha parecido que he escrito mal la frase o quería decir otra cosa).
La diversidad de opiniones es algo tan importante en el mundo como puedo serlo el aire o la Nutella, y solamente aquellos que no ven más allá de sus narices, o no quieren porque creen que son más mejores que el resto, son los que se empeñan en destruir a lo demás, o atacarlos o insultarles o mil millones de cosas más que por desgracia estamos viviendo actualmente, poniendo sobre la mesa la naturaleza que les hace moverse o las ideas fascistas que les obligan a despertarse cada mañana.
Me temo que va a ser breve este texto, sobre todo porque no voy a caer en la pedantería ni en las automamadas que practican aquellos que solo se escuchan a sí mismos sin tratar de comprender o respetar (me gusta tanto esta palabra que la repetiré) respetar a todo el que no comparta gustos con él, y lo escribe alguien que por normal critica todo lo que no le gusta después, siempre, de lo que le gusta, porque estoy convencido de que no habrá futuro ni personas normales en la Tierra si no nos quitamos de encima el odio irracional y las ganas de rodearnos solamente de gente que dice y piensa y se queja de las mismas cosas, porque de ser así, joder, ¡qué mundo más coñazo en el que nos tocaría morir algún día!
¿Tú qué opinas?
