Netflix… ¡¿Pero que c@j#nes ocurre contigo?!

Esto es una carta a la nada debido a las últimas decisiones de Netflix sobre su decisión de hacer desaparecer el tabaco de sus series, va a ser políticamente incorrecta, así que ya aviso. De eso, y de que pienso escribir esto mientras me fumo un cigarro.

Netflix ha sido para mi (y seguirá siendo) una de las grandes esperanzas. Llegó luchando contra los abusivos derechos de autor que tenemos en España para ofrecernos un catálogo acojonante a un precio más que competente. Luego nos trae cojonudas series originales de sobresaliente (de las películas, bueno, el niño lo intenta, parece empeñado en cagarse en la mesa del profesor y pintar con sus deposiciones en la pizarra), y crea de su marca un renombre que es imposible no asociar a obras como Stranger Things, Narcos, o Altered Carbon.

Son solos tres ejemplos, pero incluso me duele dejar maravillas como Sabrina o Big Mouth en el tintero (entre muchas otras), pero aquí se acaba el masajito en la espalda. De las bondades de Netflix ya las sabemos todos, pero ahora hablemos de lo que no se quiere decir en voz alta.

Netflix es una BLANDA, y en las últimas jornadas está demostrando tener menos personalidad que una chancla.

Y no, no hablo de las gañanadas que sueltan muchos encefalogramas planos que se quejan de la inclusión interracial de géneros y orientaciones que utiliza la productora madre en todas sus obras. Eso es algo loable, le pese a quien le pese… Pero macho, Netflix, hay que saber caer bien y caer mal, no solo a los colectivos que más gritan.

Esta opinión tiene que ver, simple y llanamente, con las últimas declaraciones de Netflix, en el que debido a las quejas de la última temporada de Stranger Things por que el personaje de Hooper fumaba mucho, han declarado lo siguiente:

En nuestros proyectos de altas audiencias no habrá ni cigarros ni cigarrillos electrónicos”

Para mear y no echar gota, vamos… La intención al parecer está ligada a productos televisivos de +14 siempre y cuando no vulnere la visión del “artista” (¿Qué significa eso? ¿En qué quedamos? ¿Se deja o no se deja? ¿Acaso son declaraciones “buen rollistas” para acallar el temporal?).

A ver, Netflix, cariño mío… No te pido que me pongas a Pocoyo fumándose un puro mientras el pato le enseña las distintas tonalidades del color verde con cogollos de maría, pero cojones… ¿Le vas a quitar el tabaco en Stranger Things a Hooper?

Lo primero es lo primero, NO se le puede caer bien a todo el mundo. Con esta necesidad de ser “agradable” para todos lo único que conseguís es dejar a medias productos que podrían ser redondos. Confundís “contentar” con “gustar”, que no es lo mismo. Pregúntale al escritor de Juego de Tronos cuando escribió la parte de la boda roja si le costó dormir aquella noche pensando en la cantidad de ofendidos por masacrar sus personajes favoritos, o la mismísima escena de la violación de Khal Drogo a Daernerys en su noche de bodas (que recordemos que en la novela tiene 13 añitos).

Lo segundo. La solución para conseguir un “mundo mejor” no es distorsionar la realidad. La gente es gente, y hay quien fuma, quien es sexista, malhablado, quien se droga, xenófobos y misóginos, y también hay gente buena, sana, tolerante y solidaria. Ni buenos ni malos, la gente es miserable y dadivosos, con sus mierdas y sus flores, y se puede ser las dos cosas a la vez. Habéis hecho un trabajo haciendo que la gente no olvide que la sociedad en la que vive hay algo más que blancos y heteros, pero este tipo de declaraciones y forzando al personar a tragar vuestro mundo ideal solo conseguís empañar las buenas acciones anteriores, y da palabra a los neandertales que dice que toda vuestra labor hacia las minorías es solo “buenismo” barato.

Por último, y tercero, lo digo en mayúsculas, subrayado y en negrita. Lo mismo es muy transgresivo por mi parte, a fin de cuentas, parece que es algo que la sociedad parece negarse a entender; A LOS NIÑOS SE LES EDUCA EN CASA, esa es la tarea del tutor legal, padres o lo que tenga. Ni es trabajo del profesor, ni mucho menos, de la tele. Al que no le guste esta última parte de mi artículo, y crea que los nenes están mejor en la tele, donde no molestan, creo que hay rebajas en preservativos.

Me flipa imaginarme a los mismos autores, a día de hoy, que aquellos “modernitos” idealistas enaltecen. ¿Habría podido Kubrick hacer la Naranja Mecánica sin que hubiera veinte infartos de miocardio a día de hoy? ¿Habría podido Paolo Pasolini haberse siquiera acercado a una cámara?

Pues nada, en Narcos ahora que comercien con azúcar… Bueno, no, que engorda, mejor con arena… Bueno, no, que altera el medio ambiente…

Tenéis La Saga de Geralt de Rivia entre manos, el producto que más espero de vosotros. Hablamos de un proyecto que sería capaz de pasar por encima de Juego de Tronos sin despeinarse, solo por el carisma de la trama como por la calidad de vuestras producciones.

Ahora… Recordad que el que mucho abarca poco aprieta, y si vuestra intención es sacar la serie dentro de lo “políticamente correcto” con ánimo de contentar a todo el mundo, mal vamos…