Mi opinión: Nintendo Labo

Mi opinión: Nintendo Labo

Maldita sea Nintendo… a veces no sé si darte una patada o un abrazo. Primero troleas a medio internet con un meme que dio pie a un decepcionante Minidirect sin ningún anuncio decente y pocos días después vuelves a todo el mundo loco con tu nueva idea comercial; Nintendo Labo, que consiste en ni más ni menos que… ¡¿JUGAR CON CARTONES?!

Si, ya sé que estoy siendo simplista. No es simplemente jugar con cartones… de hecho, salvando una primera impresión inicial que fue como si Mike Tyson se comunicara en morse con mis pelotas, lo cierto es que no deja de ser una de las idas de ollas tecnológicas más divertidas y frescas de la época… Usando los sensores de los Joy-Con de Switch y haciendo carton-iflexia crear herramientas tales como una caña de pescar, un volante, un piano e incluso una servoarmadura (Madre mía, como se te va la pinza, Nintendo) funcionales en distintos minijuegos para nuestra consola. Es una idea sumamente creativa para dar pie a los más pequeños de la casa a jugar no solo con las pantallas, sino también con sus propias manos y construir sus propios juguetes.  

Os juro que cuando vi el anuncio tenía la boca abierta sin dejar de pensar en que lo que veía parecía de un universo paralelo. Ahora que la moda intachable es la potencia de nuestro cacharro y hay una carrera vertical por mostrar cosas más realistas llega Nintendo y se pone a correr de forma horizontal y nos trae la demostración de que Switch piensa lateralmente en como traernos nuevas formas de divertirnos.

Pero tras el golpe inicial no puedo dejar de sentirme enamorado de la idea. Más que de la idea en sí, de lo que la hace funcionar. Hablamos de que todas estas herramientas que nos trae Labo funcionan gracias a los sensores que los Joy-Con traen incorporados, haciendo que al tocar unas teclas de cartón, consigamos emular las distintas teclas de un piano. Esto ya se había conseguido con arduino, pero hablamos de sensores, no de conectores.

Switch cada día se posiciona más como una pieza de hardware imponente, mientras que muchos buscan gráficos realistas y experiencias de portentoso acabado visual, Nintendo piensa de lado y nos trae una consola capaz de hacer esto con cuatro cartones. Mientras la competencia piensa en potencia (Más gráficos, mejor oclusión ambiental, más teraflops, 4k), Nintendo piensa en el control.

¿Su punto flaco? Tal vez podamos mentar su precio. Unos 70 – 80 dólares en cuestión de que juegos queremos en el que se incluyen los cartones con los cortes y pliegues preparados junto al cartucho. Aparte de que los muy cachondos van a sacar por separado pegatinitas y colorines para que adornemos nuestros cartones. (¡Han inventado los DLCs de cartón! ¡La madre que…!). El precio me duele ligeramente pero entiendo que la tecnología muy probablemente lo requiera, y que no hablamos de meros cartones, ya que deben tener “algo” para que los sensores de los Joy-Con los reconozcan según posición y lado. Nintendo tiene que hacer ver al consumidor que vende algo más que “cartón” desde luego, si quiere venderlo a ese precio… Pero teniendo en cuenta que Nintendo Labo se encuentra actualmente entre lo más vendido de Amazon, la cosa pinta bien. Igualmente, dejando de lado su futurible aspecto comercial, repito que lo que más me interesa a mí es ver cómo se desenvuelve la técnica de cara a nuevas innovaciones.

 

Desde luego la idea es creativa y su intención de estimular nuestra creatividad manual y convertirnos a todos en ingenieros (Grandes y pequeños) es un paso adelante en la historia del videojuego… No sé a dónde nos llevará, pero me muero de ganas por saberlo.

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