‘Men In Black: International’… y Thor aprendió a trabajar con mujeres

‘Men In Black: International’ y Thor aprendió a trabajar con mujeres

Ya estás moviéndote para ir a tu sala de cine a ver Men In Black International. Hay que ir para divertirse, porque eres un fan (un seguidor, no un “ventilador” inglés) y porque da igual tu edadismo: Chris Hemsworth para todas (que sí, el marido de Elsa Pataky, no el cuñao), Emma Thompson para darle caña a los machos alfa, Liam Neeson para deleite de los intelectuales, Tessa Thompson (Creed: La leyenda de Rocky, Thor: Ragnaroky Vengadores: Endgame) para emular el flower power de moda, Les Twins Bourgeois, los gemelos de moda que bailan de muerte... hasta El Rubius, sí, nuestro youtuber más glorioso, El Rubius tiene un cameo!!!

por Rosa Panadero

Lo de internacional viene porque es una peli en plan Misión Imposible, en escenarios de diferentes países para asegurarte allí las taquillas, pero en plan monótono, como de turismo en masa. Lo de sacar la Torre Eiffel —ya se vio en el incendio que Notre Dâme representa mucho mejor el alma francesa—, la noria gigante de Londres y tener una oficina en Nueva York no es lo más original en una peli “internacional”, y el zoco de Marrakech le da ese toque exótico-primitivo-déjà vu desde la perspectiva colonialista WASP de quien rueda la peli en Hollywood y tiene que integrar todas las culturas de forma democrática como si fuera un salón de Ikea.

Claro, dado que no es una peli de “segmento nicho” sino, más bien, de segmento masa, la diversión está garantizada con los chistes fáciles y el papel de fanfarrón del agente H que, dicho sea de paso, sólo enseña los pectorales una vez y no está tan entrenado como cuando era Thor. Pero da igual, mola el polvillo en suspensión en el zoco y recuerda escenas inspiradas (¿debería decir “copiadas”?) de la Guerra de las Galaxias: El Despertar de la Fuerza. Lo del neuralizador para borrar los recuerdos, siempre a mano para hacer borrón y cuenta nueva, debería venderse en El Corte Inglés.

Claro que a la agente M (Tessa Thompson) no se lo pondrán fácil en su periodo de becaria en pruebas, pero después de veinte minutos se sabe que se integrará perfectamente en los Men, aunque no sea la primera Woman en hacerlo.

Al parecer, la fórmula comercial de heroína hollywoodiense siempre va de la mano de un hombre, sea héroe consagrado (Chris Hemworth en Thor o MIB), o simple elemento de conexión (las tontadas del personaje masculino que interpreta Chris Pine no justifican su presencia frente a la descomunal Gal Gadot en WonderWoman), y además representando un rol masculino bastante imbecilizado. Conozco a muchos hombres con más neuronas y un sentido del humor más exquisito que los guiones simplones escritos para “ellos” cuando queremos que las protagonistas sean “ellas”. Puestos a reírnos desde la butaca, el realmente chistoso en la gran pantalla es Johny Deep como Jack Sparrow en Piratas del Caribe, los demás les viene grande lo de las ocurrencias graciosas en su script.

En fin, tras unos cuantos bichetes camuflados en software de 3D y un peón de ajedrez en busca de reina a la que servir (¿se podría poner fin a la servidumbre, por favor?), el malo queda al descubierto y todos felices y con perdices y tal.

Ahora el premio no es bodorrio o morreo con el apuesto galán con las neuronas en paro, ojo, estamos en el #MeToo y las chicas también estudian Ciencias, ahora el premio es un puestazo de lujo. El trabajo dignifica. Desgraciadamente, al tonto también lo ascienden. Es lo que tiene la mediocridad. De ahí lo de peli para las masas. Disfruta las palomitas, al menos.