Lucifer, la serie: ‘Y Netflix salvó al mismo diablo’

Hablar de la serie de Lucifer es hablar de una de las series más importantes del panorama “policiaco light” de los últimos años. Ahora que Fox la ha cancelado, y Netflix la ha rescatado para amamantarla bajo su producción muchos nos hemos preguntado lo mismo ¿Cómo se ha notado el cambio en su cuarta temporada?

Tal vez deba dejar claro que no soy muy fan de este subgénero “policiaco”. De hecho, la idea de un Lucifer que se dedica a resolver casos con la policía me parecía cuanto menos delirante. En el comic, creado por el aclamadísimo Neil Gaiman, Lucifer, cansado del infierno decide irse a la ciudad de Los Angeles y montar un bar, cosa que no parecía suficientemente interesante a los productores que decidieron que el diablo debería enamorarse de una humana inspectora de policía del departamento de Homicidios y por supuesto ¡Ayudarla a atrapar a los malos! Lo primero que hay que saber de Lucifer es que es una serie que para disfrutarla debes aceptar barco como animal acuático (y en algunos casos hasta algún faro, submarino, boya y si está en el agua, es “animal acuático”), pero lo más increíble de todo es que la fórmula funciona. ¿Por qué? Porque si bien los casos pueden ser más o menos interesantes, lo cierto es que el personaje de Lucifer (Interpretado por un magnético Tom Ellis) está escrito con muchísimo acierto. Es un canalla, es soberbio, sumamente divertido en su afán ególatra e insensible hacia todo lo que no sea él mismo, y ante todo, ofrece una visión del diablo sumamente interesante en la que para empezar, nunca miente (es increíblemente divertido verle presentarse como el Diablo a cualquiera que le saluda) y él es el designado para torturar las almas malévolas del infierno, y odia que le asignen el “mal” como parte de su reino. El “Mal” es un pecado humano, y uno no piensa que el peor de una cárcel de presos peligrosos es el alcaide.

A eso le sumas unos personajes secundarios más que interesantes y divertidos y temas sobrenaturales con mucho contexto y ¡Voilá! Tienes una serie sumamente entretenida que se hace amena de ver, fácil de digerir y que sabe mantener el romanticismo del Diablo como alma atormentada y los enigmas de su propia vivencia.

No, Lucifer no es una serie “buena”, pero si es una “buena” serie. Es de esos shows cuyo carisma se lanza por encima del snobismo para ofrecer al telespectador un espectáculo con el que va a reír, sufrir y divertirse a cada minuto. Su mayor defecto es que para tratar un tema tan oscuro no dejaba de ser una serie “ligerita” y de “poca caloría” para lo turbio que debía representar ¿Y ahora que Netflix es la encargada de producir la serie?

La cuarta temporada

La cuarta temporada de Lucifer llega de la mano de Netflix y si eres seguidor de la serie, lo cierto es que tengo buenas y malas noticias. Las buenas noticias es que la serie sigue intacta. El mismo equipo de actores, con los mismos casos, con el mismo sentido del humor ácido y divertido y con esos momentos de gran carga dramática que propulsan el interés del público. Lucifer llega en su forma habitual con sus delirios de grandeza mezclado con su chabacanería habitual. ¿Y lo malo? Ya lo he dicho, lo malo es que sigue IGUAL. Mucho se ha hablado de que Netflix había sido más flexible con la creatividad de los guionistas y el mayor avance es que a Tom Ellis se le ve el culo en un capítulo, algo casi laureado por los mismos actores que hablaban de la “libertad de expresión” de su mismo show, algo que parecía coartado por Fox cuando la serie aún era suya.

¿En serio? ¿Un culo al aire es lo máximo que vais a arriesgar? No pido que conviertan Lucifer en Juego de Tronos, ni siquiera hablo de “desnudos” o “erotismos”, sino de tratar ciertas cosas con más contundencia. Aunque no discuto que puede que el encanto de la serie sea justamente ese, su ligereza.

Ahora la serie cuenta que una única temporada de 10 capítulos frente a los 20 que hacía con Fox, y eso ha ayudado a focalizar la importancia de sus propias cargas dramáticas y las subtramas de las temporadas. Lo cierto es que a Lucifer le ha venido bien Netflix y espero que se refuercen ahora para seguir dándonos un show cada vez más elaborado. En esta temporada se nota un cierto refuerzo en la realización, sobre todo en las peleas, que siguen sin ser “nada del otro mundo”, pero ahora han ganado espectacularidad y protagonismo (con algun momento muy divertido, la verdad).

Y la peor noticias de todo. El atracón de Lucifer que nos hemos pegado ha diezmado en menos de dos días esos diez capítulos y al menos yo, un servidor escéptico de este tipo de subgénero, ando con el escozor de desear cuanto antes una nueva temporada. Tan solo rumores del mismo casting de actores sobre su viabilidad… ¡Pero demonios Netflix! ¡Has salvado Lucifer! ¡Queremos de esa serie durante eones!