Los asesinatos de Cartago, Gisbert Haefs

"Conspiración, autodefensa, amor por la vida y la amistad entre individuos como puente sobre los prejuicios ayudan en esta obra al disfrute del lector. Muy entretenida. " 'Los Asesinatos de Cartago' es una gran novela.

 Los asesinatos de Cartago / Gisbert Haefs 

Sombras del pasado

José Víctor Esteban

Las guerras púnicas entre Roma y Cartago ocurridas entre los siglos tercero y segundo antes de Cristo son fuente inagotable de literatura de excelente nivel. Gisbert Haefs escribió Aníbal, un monumento literario, para presentar al mundo la visión del bando derrotado. Cartago desapareció como resultado de la derrota. Con la habitual eficiencia romana fue derruida hasta que su suelo pudo volver a labrarse. Pero la familia Barca (Rayo) y sobre todo Amílcar y su hijo Aníbal quedaron para la eternidad como el ejemplo del enemigo temible y brillante capaz de poner en riesgo la existencia de la mismísima Roma.

Los asesinatos de Cartago, forma parte de una novela-río que hasta el momento cuenta con tres entregas, El jardín de Amílcar, La espada de Cartago y esta que nos ocupa. Aprovechando su magisterio sobre la época Haefs nos sumerge en la antigua Cartago caminando por sus callejuelas, escuchando a sus gentes y husmeando en los infinitos olores, dulces unos, apestosos otros que llenaban la ciudad.

Como en la mayoría de las novelas históricas y en todas las policíacas, el autor va describiendo a los personajes y su historia a medida que la intriga va desenvolviéndose.

Su profundo conocimiento del momento histórico y la maestría en el lenguaje permiten al autor pintar para nosotros el paisaje de una época tan lejana mientras nos presenta a unos personajes tan próximos a nosotros mismos y movidos por las mismas ambiciones y defectos.

Poder, codicia, deseo y el anhelo de respirar un día más. Bien escrita y con excelente tono narrativo hará disfrutar a los habituales del género, aunque tal vez en esta se note un poco más que es un puente hacia la siguiente. Hay que ser muy valiente para atizarle al público novelas de ochocientas páginas y pretender que se lean con placer pero Santiago Posteguillo acaba de demostrar con sus trilogías sobre Escipión y Trajano que no sólo es posible sino que se puede multiplicar por tres y el público responde con pasión. Tal vez editoriales y autores podrían arriesgar un poquito más.