La Mil y una Noche (Capítulo 6)

La Mil y una Noche
(Capítulo 6)

¡Ha sido una larga espera, pero por fin tenemos la nueva edición de Las MIl y Una Noche! El verano ha sido calentito y al menos hasta agosto estoy hasta arriba, con lo que iremos un poco más desahogado en próximas ediciones!

Los ganadores de la anterior edición son: Txomin Imaz, Geni Rico y Jose Antonio Reolid

¡Un aplauso bien gordo! ¡Para conocer esta serie había que tenerlos muy bien puestos!

Seamos sinceros… para hablar de “Kröd Mändoon and the Flaming Sword of Fire” como si se tratara de una buena serie hay que fumarse todo el THC de marruecos hasta el punto de sufrir dolorosas epifanías. KMFSF (Ale, para abreviar) NO es una buena serie, pero su interesante valor reside en que NO le interesa serlo. Las peripecias de nuestro guerrero y su particular grupo de acompañantes se cierran a los chistes de las spoof movies y como serie solo tiene la intención de trazar una línea horizontal en tu cara cada vez que te pille desarmado.

Tal vez sea un poco más, no lo niego, pues tenemos la suerte de contar con unos actores que dotan muy bien su papel. Matt Lucas está estupendo como villano malvado y la parodia le sienta de fábula. Algunos chistes tienen mucha energía y recuerdan a un Mel Brooks con más vitalidad, pero eso no quita que el grueso de la serie este sostenido por unos cimientos un poco endebles. ¿Y por qué la traigo? Por qué cuando se me caen las gafas de pasta puedo apreciar las cosas más allá de su arrogancia, riesgo o belleza estética o narrativa. ¡A veces hay productos que molan y punto! Lo bueno de vivir en un mundo gris es que los blancos y los negros son solo percibidos como verdad absoluta por los necios, y en esa gama de sombras uno puede ver todos los colores posibles que hay entre el blanco y el negro si se esfuerza en mirar, o en no juzgar. KMSFS (Lo siento, el nombre es largo de cojones) es una serie extraña. Tiene un formato que compatibiliza a muerte con el formato cine pero que es completamente incongruente cuando hablamos de la ficción televisiva, y eso es una apuesta muy arriesgada que merece ser tenida en cuenta.

Y hablando del atún boxeador del cántabro… ¿Os imagináis como sería el mundo que nos rodea si todos los seres de pesadilla e imaginarios convivieran con nosotros? ¡Y no he dicho “Contra”, si no “CON” nosotros! A más de uno le daría un patatús esperar a que el hombre lobo terminara su operación en el cajero automático para que nosotros pudiéramos sacar dinero. ¿O como lidiarías con la dependiente de tu tienda preferida si resulta ser un zombie? Por supuesto, demonios intentarían abordar el precio de la política, mientras que vampiros poderosos estarían relevados a un triste trabajo de oficina. ¿No hay ya problemas de racismo solo por el color de la piel? Pues imaginad si añadimos robot, monstruos y cerebros telépatas a la ecuación social.

De eso trata la serie de esta semana… Otra vez jugamos a los cimientos endebles pero en este caso el humor transgresivo se convierte en sátira para reírse y mofarse de nuestra sociedad en una analogía nada probable pero muy acertada. Nuestro protagonista es un humano normal y corriente que trabaja de asistente social en el departamento de integración de monstruos y seres del averno. Su jefe es un demonio bastante irritable, su novia es una malvada súcubo, su compañero de trabajo un mago alcoholico y su compañero de piso y mejor amigo un zombie que no es capaz de contarle a sus padres su estado de “No muerto” debido a los prejuicios de sus progenitores. ¿Os parece divertido? Pues si la conocéis no dudéis en escribirme a mgutierrez2@yellowbreak.com, y si quieres saber cómo se llama, amado lector, nos vemos en la próxima edición de las mil y una noches.