La educación y la tecnología aliadas inseparables

La educación y la tecnología aliadas inseparables

Son muchas las voces que se levantan para criticar todas aquellas instituciones educativas que apuestan por los avances tecnológicos. Tablets, pizarras digitales o ausencia de libros tradicionales, son motivo de debate y desprecio, en algunos foros, por considerarse superfluos e innecesarios.

La sociedad se ha tecnificado en los últimos años, en la actualidad es prácticamente imposible encontrar una persona que no posea un Smartphone, y si esto es un hecho ¿debe el mundo educativo quedarse al margen y no ofrecer a las nuevas generaciones las herramientas necesarias para poder enfrentar mejor este mundo digital?

El miedo al cambio no se trata sólo de algo irracional, o producto de la ignorancia, sino que esconde un temor a perder el control, a dejar de tener poder. ¿Por qué en el entorno empresarial se ha asumido como fundamental la transformación digital? Entre otras cosas, porque se ha convertido en un factor diferencial entre empresas y, por tanto, la compañía menos tecnológica se encuentra en desventaja competitiva. Pues en el sector educativo ocurre lo mismo.

Los colegios más adaptados a los nuevos medios serán los que cosechen los mejores resultados tanto académicos como económicos.

Pero sigue habiendo foros en contra de los avances tecnológicos aplicados a la educación y que esgrimen que no son más que una fuente de distracción. Cuando se utiliza el argumento de que la tecnología distrae, se cae en un error básico, que es confundir el medio con el fin. La labor del entorno educativo es conseguir que la tecnología sea atractiva en si misma y su uso mejore la productividad del alumnado.

Enfrentar la educación y la tecnología, considerándolas enemigas, es lo mismo que intentar tapar el sol con un dedo, una labor imposible. El mundo educativo tiene que cambiar para poder preparar a las futuras generaciones para el mundo laboral que viene después. Sistemas anacrónicos de aprendizaje deben desaparecer de nuestras aulas. ¿Qué sentido tiene aprender listas interminables de hechos históricos en un mundo constantemente conectado?

La razón de que muchos profesores todavía se resistan a utilizar los avances digitales que existen en su sector no es más que su propia incapacidad para adaptarse a ellos. Si el método tradicional les ha funcionado hasta ahora, ¿por qué cambiar? La respuesta es sencilla porque la sociedad y su mercado potencial (los niños) lo demandan.

Toda la comunidad educativa está presenciando cambios importantes. Actividades extraescolares, hasta ahora limitadas a los deportes o el baile, están desapareciendo. Cada vez son más las clases, externas al colegio, que se centran en aspectos tecnológicos. Robótica, programación o diseño digital, son algunas de las áreas que más atractivo tienen para los alumnos entre los seis y los catorce años.

La academia Educa en Digital lo tiene claro. Su slogan ¿Vives en Digital y Educas en Analógico? anuncia su intención de ofrecer a sus alumnos las herramientas necesarias para enfrentarse al mundo que nos rodea. La sociedad tecnológica no es el futuro es el ahora.

Si seguimos cerrándole la puerta de las aulas a la tecnología, conseguiremos aumentar todavía más las ventajas competitivas de otros países que sí intentan conseguir un sector educativo adaptado al presente. El problema no es el smartphone, no es el portátil, no es Internet, es un modelo educativo que no contempla el avance tecnológico y que choca frontalmente contra los comportamientos sociales cotidianos. 

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