JUEGO DE TRONOS 2017

¡Y tanto! A treinta y pico grados de julio en un Madrid con climatización mordoreña (y eso lo dice un cordobés que ha visto fundirse los semáforos a la altura del Guadalquivir) es cuando llega el invierno a los cine Callao para el estreno de la nueva temporada de Juego de Tronos en un evento oficiado por la alianza entre Vodafone y HBO España. Y YellowBreak estuvo allí.

Las cosas claras, cuando me llegó la invitación de prensa al correo debí alertar a toda la manzana con mis gritos de emoción ¿Y podéis juzgarme? Cuando el domingo llegué a los Cine Callao para el evento, sentí como si estuviera a punto de montar mi propio dragón. Hicimos pacientemente cola para entrar, nos dieron una pulsera bien molona y un pase VIP para el estreno ¡Que para algo somos YellowBreak! Y ya en al interior de la sala nos sentamos en unas cómodas butacas ya preparadas con las provisiones dejadas por los organizadores para aguantar las siete horas que duró el evento.

¿Y que esperábamos? Pues desde las nueve y media de la noche sabíamos que se emitirían a modo de recordatorio los dos últimos capítulos de la temporada 6 de Juego de Tronos… Si ya sabéis… El de la batalla de los bastardos y cierto capítulo en el que a Cersei se le va la mano con el carbón para la barbacoa real… Por cierto ¿debo deciros qué vais a comer spoilers a puñaos llenos? Por qué, bueno… esto es para hablar del primer capítulo de la séptima temporada, y si no has visto al menos la temporada 6 completa, deberías replantearte el seguir leyendo (y tu existencia… ¡Vergüenza!), pues si bien no voy a comentar más que por encima el capítulo inicial, de lo anterior no tendré reparo en destripar sin mesura.

Dani Mateo era el maestro de ceremonias encargado por HBO España y Vodafone para llevar el evento y bueno… a mi me encanta este tío, así que las risas estaban aseguradas… Tras unos deliciosos chascarrillos la emoción se pudo palpar en el ambiente y cortar con un palo poco afilado. Las luces se apagaron y el logo de HBO llenó la pantalla. Comenzaba el primer capítulo de la noche.

Ni que decir tiene que ver momentos tan épicos como la batalla entre Jon Nieve y Ramsay Bolton en una sala de cine llena de fans es una experiencia colosal que todos deberían sentir. ¿Os acordáis cuando Lyanna Mormont da su cara y apoyo al bastardo de Ned Stark? Pues imaginad esa sensación multiplicada por mil ante un centenar de emocionados gritos y aplausos ¡Es una emocionante locura colectiva! ¿Os imagináis la que se lio en la sala cuando Meñique salva el día con su caballería a los abanderados de Stark? ¿Podéis sentir los gritos de emoción que llenaron el lugar cuando Sansa suelta los hambrientos perros de Ramsay sobre su malvado dueño? Juego de Tronos se proyecta en algunos bares de Estados Unidos y estos se petan (malamente hablando) de gente y seguidores que gritan, ríen y lloran las aventuras y desventuras de sus personajes favoritos. Hace poco Cristopher Nolan arremetió contra Netflix al decir que la televisión no es lugar para crear un ente social como si hace el cine, y yo le digo al creador de Interstellar que no sabe de lo que habla ni ha vivido Juego de Tronos en un colectivo.

Tras la emisión del primer capítulo de la noche se aprovechó para presentar la webserie Sindrome Valyrio. Una proyección de sus hilarantes cinco capítulos iniciales en el que el protagonista, un estudiante normal y corriente, sufre un síndrome fanboy hacia la serie que está viendo representando en su realidad la parodia de la serie de la HBO. La webserie está creada por los mismos gamberros que nos trajeron Malviviendo, y eso es un sello de garantía más que evidente para saber que nos encontraremos con humor del bueno. También pudimos disfrutar de una divertidísima entrevista sobre el mundo de las webseries del polifacético David Sainz (Director) y Teresa Segura Roca (Productora) y presidida por Dani Mateo (¡Noche sin tregua de vuelta ya, por favor!). Me alegra ver como se rompen los moldes en internet por parte de jóvenes talentosos como David Sainz y compañía, y otros verdaderos héroes del sector, que se atreven con cosas que en televisión nacional a duras penas podemos soñar.

Seguíamos con la noche, con el capítulo 10 y final de la temporada 6, cuando se volvía a sentir el poderío colectivo, la histeria sana y la emoción se podía palpar en cada segundo… Y es que el inicio de ese capítulo con apenas diálogo y apoyado por la música de violín mientras Cersei se asegura de que sus posaderas se amolden al trono de hierro, a la vez que aniquila a todos sus enemigos y contrarios de un solo golpe es pura delicia. ¡Y es la mala! Esa tía es más odiada que Skynet manejando una moto sin tubo de escape, pero uno no puede evitar aplaudir y asentir ante la poderosa y fuerte villana que Juego de Tronos se merece. No hay lugar para los corderos en la casa de los leones.

Tras este capítulo la noche ya estaba bien entrada en edad y ya le dejaban salir sola. Eran las dos y media de la mañana, y había que esperar hasta las tres para el comienzo del primer capítulo de la esperada nueva temporada, con la intención de coincidir con el estreno mundial. Para amenizar ese momento nos pusieron un video en el que unos simpáticos John Bradley (Sam Tarly) y Conleth Hill (Varys “La Araña”) nos regalaron un hermoso “Hola Madrid” y respondieron absurdas preguntas rollo “¿Prefieres tortura a lo Theon Grevjoy o vergüenza a lo Cersei?” llenando el lugar de risas de complicidad. Por cierto, el bueno de Sam prefería perder los genitales a mostrarlos, y le habría encantado ser Jaime Lannister.

Después de este intermedio aparecía de nuevo el logo de HBO y por fin comenzaba lo más esperado de la noche. Eran las tres de la mañana y al fin veíamos lo que llevábamos esperando más de un año… La nueva temporada que se había retrasado para poder usar los paisajes invernales y dar fidelidad al discurso… La temporada que durará la mitad que una normal para aumentar así su calidad antes que la cantidad. El principio del fin de Poniente.

¿Y me preguntáis que me ha parecido? Lo que debía ser. Un capítulo inicial de temporada en el que los personajes que tendrán mucho que decir en el devenir de los acontecimientos finales se pronuncian y presentan la dirección de las decisiones que traerán risas, horror, alegría y llantos al final de la serie. ¿Os acordáis de los brazaletes molones que os dije que nos regalaron al principio de la noche? Todos a la vez se encendieron en un frio color azul ante la aparición de los Caminantes Blancos, y de un rojo fulgor intenso con el desembarco de Darnerys Targaryan en Roca Dragón… y menudo momento. ¡Nada más ni nada menos que seis temporadas… 60 horas para presenciar el momento en el que la madre de dragones vuelve a Poniente! Y la sala de cine se lleno de luces rojas para hacer aún más emotivo el momento. Una visión hermosa, os lo aseguro.

El capítulo es un resorte de la fuerza que HBO pretender mantener para su serie estrella. Cada segundo, cada silencio que se rompe con la hermosa banda sonora, está tan medido, tan perfectamente estudiado que uno no deja de sorprenderse en las cotas de calidad que mantiene esta ficción. Y repito; Esto es solo el comienzo del final… Un capítulo que puede saber a poco a nivel argumental si tenemos en cuenta que tan solo se nos presentan las direcciones y motivaciones de los personajes que prevalecerán y/o perderán la vida en la cruel poniente.

¿Lo peor del evento? Que todo lo bueno termina en algún momento, y ahora solo queda darle las gracias a HBO España por organizar con tanto cariño a los fans este espectáculo y saber que el vacío que dejará la estupenda serie cuando al fin acabe. Un vacio sumamente difícil de llenar… La esperanza la tiene Netflix, y se llama Geralt De Rivia… Atended y memorizar bien este nombre, pues si el gigante rojo estudia bien la producción de HBO, puede que el vacío que deje Juego de Tronos no sea tan doloroso.