La justicia es un elemento confuso en toda sociedad, hay tantas como medios legisladores existen en el mundo. En lugares de Oriente, la corrupción es castigada con la pena; existe la opción de las ejecuciones públicas por casos como la droga en sitios como Egipto; la homosexualidad es normal en ciertas partes del mundo, pero en otras es motivo de condena. No existe una ley universal, esta es la misiva que desmiente Jota Aronak en su primer largometraje como director y guionista.
Nos encontramos ante una película de profunda reflexión, de arduo dilema moral sobre la realidad y la verdadera identidad de la justicia; la venganza como eje constructor de la narrativa y el bien y el mal difuminados ante la realidad de un padre abatido por perder lo único que tiene, su hijo.
Jota Aronak graba con mucha habilidad este falso documental, que por su pericia en la dirección consigue engañar al espectador haciéndole creer que es real la historia recreada. Mezcla de declaraciones reales a cámara y representaciones del material original llegado a su productora; este potente falso documental te hace reflexionar sobre una cuestión que todo el mundo se ha hecho alguna vez ¿qué haría si mataran a mi hijo?
En definitiva, la primera película de Jota Aronak, va más allá que un simple thriller al uso; es un film que ante todo y al igual que el protagonista, es muy valiente. Apuesta arriesgada al dar al público la capacidad de reflexionar sobre temas enquistados en la sociedad y es de agradecer que se presenten obras que inciten a replantearse la moralidad social.
Desde mi punto de vista y escribiendo estas líneas, sigo pensando sin obtener respuesta alguna ¿Qué es la justicia?
“Ira es la historia de Iker Vélez, un periodista que decide cambiar el rumbo de su documental para grabar la preparación, diseño y ejecución de un asesinato. César, es el padre de un hijo asesinado que ha decidido aprender a matar para hacer su propia justicia.”
