HAPPY! (T2), regresa el unicornio azul

¡Espera! ¡¿Qué van a hacer una segunda temporada de lo que probablemente es la serie más irreverente de todo el panorama? ¡¿Vamos a tener más drogas, violencia desatada y un humor que sonrojaría al mismísimo Diablo? ¡Al carajo! ¡Voy a hablar de Happy!! Y si sigues leyendo y te comes un spoiler de la primera temporada, la culpa será tuya por no haber visto todavía esta joya.  

En serio, creo que no hay pregunta que me irrite más que “¿Cuál es tu serie favorita?”. No es la pregunta en sí, que ya se las trae por simplificar la pasión con la que mucho admiramos este mundillo. Es el singular con el que se implica al receptor de la pregunta a responder con una sola respuesta. ¿De verdad se puede elegir entre Los soprano y The Wire? Sin contar que según nuestro estado de ánimo va a variar bastante lo que este en emisión en nuestros televisores. Si nos ponemos pejigueros… ¿Quién puede comparar Breaking Bad con Shameless? Es como decir que te gusta más la pizza que los lamborginnis. ¡Con lo que mola comerse una margarita a 200 km/hora!

…pero dicho todo esto, Happy! es mucho Happy!. No diré que es mi “más mejor” serie favorita, pero os aseguro que está en el top 10 de las cosas más divertidas que he tenido el honor de ver en mis 31 añetes.

Es bestia, burda y políticamente incorrecta. Su protagonista es un expolicía reconvertido en un yonki oligofrénico cuya máxima virtud es que es una máquina de matar “malos” sin parangón, y cuyo compañero es un unicornio azul volador que es, ni más ni menos, que el amigo imaginario de su hijita, secuestrada por un Papa Noel psicópata alentado por un megalomaníaco famoso que tiene un show televisivo para niños, y que ha hecho pactos con unos demonios a los que viste cual “teletubbies” para danzar en su programa. ¿Aún no te ha implosionado la cabeza? Perfecto, estás justo donde debes estar.

Eso ha sido, a grandes rasgos, y sin desvelar nada importante, la trama de la primera temporada… y os aseguro que la segunda temporada también se las trae. Si ya con la primera parte decidieron reventar el mito de la Navidad, con esta segunda se han propuesto sin mesura a destrozar el de la Semana Santa, o la pascua, más americanizada.

¿Y merece la pena? Pues al principio me mostraba escéptico. A fin de cuentas, la primera temporada de Happy! está basada en un comic auto-conclusivo que acababa con el prota muerto, y esta segunda temporada ya iba a pelo, volando por si misma. Los dos primeros capítulos, pensé “Bueno”, “Nick Saxx – el prota – mola, como siempre”… pero de repente aparece un asilo de viejos nazis y te explota la cabeza de nuevo.

Si, amigos. La segunda temporada de Happy! es tan bruta y buena como la primera. Sigues teniendo escenas ultra bizarras que se mezclan con el humor más lisérgico. Nick Saxx sigue teniendo diálogos que son un puntazo tanto juntos como por separados. La trama juega a los oscuros, y a los claros, tomándose tan en serio así misma, que el show no corre el peligro de caer en la autoparodia. La trama es buena ¡Muy buena! Funciona tanto como serie detectivesca, como bizarrada máxima. Esto no es “Troma Film”, esto es una serie cuyo argumento, personajes, y situaciones están tan bien escritas y dirigidas que incluso en la vorágine de sangre, palabrotas e histrionismo puro, tienes la oportunidad de engancharte a algo tan original, como bien cuidado.

Ahora lo malo. Serie cancelada por SyFy. Ahora lo bueno, Warner sigue intentando vender su tercera temporada a cualquier loco que esté dispuesto a pagar por esta preciosa maravilla. Ahora la podéis ver en Netflix, probablemente la serie más políticamente incorrecta de todo su catálogo.