‘Halloween’, Festival de Sitges

Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges

Halloween: La mejor secuela de la saga

por Àlex Caballero

El prolífico, sólido y muy camaleónico David Gordon Green ha sido el encargado de llevar a la práctica la última matanza cinematográfica del héroe del slasher Michael Myers. Arropado en la producción por la propia Jamie Lee CurtisMalek Akkad (hijo del mítico Mustapha Akkad), John Carpenter o Danny McBride entre otros, éste último formando tándem a la escritura del libreto junto al director de la hazaña, está claro que estamos hablando de un proyecto con mucho respeto y mimo por la saga, sobretodo cuando comprobamos que Jamie Lee Curtis se ha encargado de encarnar nuevamente a Laurie Strode, originadora de conceptos tan usados a día de hoy como scream queen o final girl, y John Carpenter e hijo han unido fuerzas para crear una nueva banda sonora para ese asesino representado como el mal encarnado y también conocido como The Shape.. 

Con una presentación del personaje que te dejará helado, una pareja de periodistas viaja hasta Haddonfield para visitar el centro en el que tienen confinado a Michael Myers desde hace 40 años e intentar entrevistarlo enseñándole la máscara que lo hizo famoso, toda la secuencia está cargada de una tensión y una maldad tan densa que casi se puede cortar. Planteada como la verdadera secuela de la original y poniendo tierra de por medio entre el resto de capítulos de la saga, algo que se convierte en un acierto absoluto y funciona a las mil maravillas, la historia nos plantea a una Laurie Strode obsesionada con el regreso de Myers y la preparación que ha llevado a cabo tanto con sus familiares, que la consideran una loca de altura,  como en su casa, la que ha convertido en un fortín de aúpa con los años. 

Revirtiendo el papel de víctima para dar paso a un concepto que expone al cazador cazado, aquí es Laurie quien tiene la convicción de acabar con la vida de Myers en cuanto tenga la primera oportunidad. Laurie se convierte en la heroína indiscutible del filme ofreciendo una actuación tan dura como segura de sí misma. Obviamente Myers acaba por escaparse del centro justo el día del 40 aniversario de las muertes de Haddonfield (el día de Halloween, obviamente) para ir dando caza a todos y cada uno de los que se le ponga por delante hasta llegar al enfrentamiento final con la Strode que, esta vez, no estará sola. Haciendo honor al concepto de body count artesano hasta límites insospechados, no llegué a contar las muertes pero estamos en un número que sobrepasa la decena sin problemas, casi todo aquí está medido, cuidado y ejecutado al dedillo. Sino fuera por el giro que tiene el sustituto de Loomis en el filme, el médico encargado del estudio y cuidado de Myers y que acaba colaborando con la policía para atrapar al escapado, podríamos estar hablando prácticamente de una obra maestra, bajo mi punto de vista ese detalle (que tiene su explicación dentro de la trama y no es nada gratuito) creo podría haberse obviado en beneficio de la trama ya propuesta.

Y de la misma manera que tenemos uno de los inicios más antológicos de la saga, ocurre lo mismo elevando aún más película durante ese tramo final en el que la Strode y Myers llegarán a enfrentarse cara a máscara en un tour de force impresionante lleno de guiños, homenajes y escenas para el recuerdo (entre las que hay varias en las que te levantarás a aplaudir como un poseso) llevando al espectador hasta la extenuación y el ataque de nervios en más de una ocasión. Sin duda alguna, la mejor secuela que ha tenido la saga en toda su historia, y eso que la segunda de Rick Rosenthal es más que digna, pero aquí el nivel se ha vuelto a poner por las nubes.