Gulicioso en Le Cocó

Hoy comemos en…
Le Cocó

Hola a tod@s!

Vamos a comenzar esta primera entrada en el blog hablando de Le Cocó, ¡qué ilusión!

El sábado 25 de marzo, acudimos a Le Cocó Restobar, un local en Madrid que intenta crear un nuevo concepto de restaurante: horarios ininterrumpidos, desayunos, meriendas y todo ello, en el concurrido barrio de Chueca (perfecta zona para comer, tomar unas cañas e ir de tiendas). Tuvimos que reservar con dos semanas de antelación ya que nos habían comentado que tiene una gran afluencia (típico cuando se ponen de moda los locales en Madrid).

Teníamos mesa a las 15.30, como habíamos consultado el sitio, solicitamos la reserva en la planta baja, la Casona de la Abuela, ya que en este caso podíamos estar solos: una de las características que tiene este restaurante es que te pueden sentar compartiendo mesa; algo que en España no es tan típico pero que en otras ciudades como Roma es muy común (aprovechamiento del espacio al máximo).

Este local resulta idóneo para grupos, el ambiente distendido y la posibilidad de compartir mesa y llegar a ser doce personas en la misma invita a ello.

Es recomendable llegar en caso de reserva, a la hora indicada porque, como pudimos observar, la barra se antoja pequeña, ya que más de tres personas tomando algo en ella resultaría técnicamente imposible.

Nada más entrar nos atiende el maître y nos dirigimos a la planta baja, lo que recuerda a un oasis entre la vorágine de gente de la planta superior; el ambiente es muy ameno, principalmente compuesto por parejas y gente joven, por lo que es un punto fuerte para comidas en grupo, ya que como cualquier Restobar que se precie, y éste en especial con horario ininterrumpido, puedes alargar la sobremesa con distintos combinados.

Ya sentados, pedimos algo de beber y nos encontramos con una carta sencilla, sin pretensiones y con el único hilo conductor de un plato de aquí y otro de allá (puedes pedir desde hummus con pan de pita a una brocheta de pollo teriyaki) que está claro que está funcionando.

Para ir haciendo boca, te ponen un cubo y sí repito, un cubo de madera con mantequilla, para que tú mismo puedas ponerte pan con mantequilla mientras esperas, nos pareció muy curiosa la idea del cubo, ya que no se trata de algo común en los restaurantes que frecuentamos.

Dispuestos a viajar por alguno de los distintos recorridos que nos ofrecen, optamos por probar como entrantes la tempura de gambas con ali-oli de ajo asado y la brocheta de pollo teriyaki, ambas un acierto, la primera aporta un toque especial ese ali-oli que lejos de querer presentar unos sabores complejos quiere hacerte disfrutar de una comida sencilla. El siguiente entrante se presenta con tres brochetas que dejan un buen sabor de boca y con ganas de comer más.

Como plato fuerte, nada más abrir la carta se podía leer raviolis rellenos de bogavante que parecían llamarte a gritos; pues bien, aquellos cantos de sirena no debimos ser los únicos en escucharlos, ya que nos informó el camarero que no había más, pero ofrecían la posibilidad de rellenarlos de salmón, todo esto fuera de carta.

Al final optamos por hacer caso a la sugerencia del camarero: pedimos los raviolis y unos tagliatelle de espinaca con salsa de tres quesos: el blanco y el negro. Los raviolis un acierto, la pasta fresca, al dente, bañado en una salsa exquisita. Los tagliatelle el peor plato de la comida: la pasta no se encontraba al dente y la salsa de queso resultaba un tanto pastosa, cayendo cual bomba al estómago.

Una de las características que nos llamó mucho la atención es que la vajilla es de cristal de toda la vida, como las que tenían nuestras abuelas, sin cubertería recargada, llamativa o de diseño, lo que resulta muy acogedor.

De postre dos cafés con hielo porque, como hemos comentado antes, Chueca es una excelente zona para ir de cañas y cuando ya llegamos al restaurante habíamos picado algo (malditos bares!)

Consideramos a Le Cocó Restobar, un sitio con encanto, diferente, para un público joven y con un precio-calidad adecuado (25-30€/persona), con un servicio bastante profesional (cosa que por desgracia no abunda todo lo deseado) y con ganas de agradar.

A continuación os dejamos los datos, si decidís acudir no dudéis en comentarnos vuestra experiencia a través de las redes sociales!

¡La próxima semana acudiremos a Fass, restaurante de comida alemana al lado del estadio Santiago Bernabéu, ya os comentamos!

Restaurante Le Cocó: Calle Barbieri, 15. Os muestro la mesa donde nosotros comimos, en lo que se denominan las antiguas Carboneras.

Gracias a tod@s

Paula y Samuel