Gringo: una buena película, pero…

Gringo: Se busca vivo o muerto

Una buena película, pero…

por Manu Gutiérrez

Nash Edgerton era un tipo completamente desconocido para mí, y lo cierto es que tras estudiar sus andaduras y ver Gringo: Se busca vivo o muerto, la que bien puede ser su obra de mayor ficha técnica hasta la fecha, creo que es alguien como poco, a tener en cuenta.

¿Y cómo es Gringo? Voy a empezar diciendo que Gringo es una buena película. Y sí, sé que esto tal como lo estoy comenzando parece amenazado por un gran “pero…” que expondré a continuación, pero antes voy a hablar de por qué Gringo está muy a tener en cuenta.

La dirección de Nash Edgerton es firme y nos presenta a unos personajes que están muy bien interpretados por sus homónimos actantes, haciendo especial hincapié en Charlize Theron y Joel Edgerton (hermano del director). Si bien al bueno de Joel lo tengo aún fresco haciendo de papel de “tarado del copón” en la película El Regalo (donde también dirigía), aquí lo tenemos de taimado jefe de nuestro desamparado protagonista, donde hará gran parte del alivio cómico junto a Charlize Theron, con la que crean la “antiquímica” de dos personajes que se aborrecen pero que están juntos en el mismo percal.

David Oyelowo por otro lado está muy correcto en su papel del desamparado Harold Soyinka y demuestra tener muy buena química con Amanda Seyfried, lo cual es una pena pues queda resuelto en una única escena. Y para acabar, mención también a Carlos Corona como el líder malo maloso del cartel mexicano, un hombre tan sanguinario como apasionado por los Beattles, cuya presencia nos pone los momentos más tensos y cómicos en la pantalla.

La buena dirección se complementa con una buena fotografía, que es a la vez elegante y desenfadada. Incluso valiéndose de recursos cómicos muy diestros y sacándole partido a las virtudes de nuestro querido “México lindo” en lo bello y en lo “no tan” bello.

Es una película con una ficha técnica muy bien aprovechada, y con unos muy buenos actores, y aquí es donde viene el peliagudo “Pero”…

Pero si bien el guión se hace ameno y divertido, mucho me temo que es en su narrativa donde la cinta de Nash Edgerton pierde fuerza brindándonos momentos muy irregulares.

No quiero pecar de activista fílmico, y por supuesto el afable lector al cual bien tenga la gracia de llegar este texto debe entender que las virtudes y fallas que le puedo sacar al film deambulan por los grises de la objetividad “subjetiva”, y esos grises son mucho más oscuros a medida que entramos en algo tan personal como un guión, y si bien no tengo ningún problema con la historia que se nos cuenta, mucho me temo que si con la forma en la que esta es contada.

Harold Soyinka es un buenazo que aspira a la medalla de oro del “pringao” del siglo XXI. Su mujer se la pega con su jefe. Su jefe le trata como su amigo a la par que le mangonea vilmente por la espalda. Cuando Harold descubre que su puesto de trabajo está en entredicho decide aprovechar un viaje laboral a México para planear su venganza, haciéndole creer a sus superiores directos que ha sido secuestrado y que deben hacerse cargo de la recompensa. Sin embargo el pobre hombre acaba metido en una trama de narcotráfico en la cual su propia empresa es cómplice activa y el es único directivo que no está implicado ni tiene muy claro de qué va la cosa.

Por otro lado tenemos a una joven pareja que va también a México, siendo “él” parte de una trama de drogas, y “ella” la inocente chiquilla que no sabe nada de los turbios negocios de su novio… y aquí empiezo a darle machetazos al guión, por que mira que no hago más que darle vueltas a esta subtrama y no le encuentro ni el sentido, ni la gracia, ni el beneficio para el discurso principal de la película, más allá de coincidir con el protagonista 4 minutos de las 2 horas que dura el film.

Y es que en Gringo: Se busca vivo o muerto hay muchas escenas, personajes y subtramas que más que enriquecer la historia parecen metidos con el calzador más flexible del mundo o que directamente no terminan de estar bien aprovechadas. Esto crea una pequeña bola de nieve que corre cuesta abajo y que se va engordando a medida que este popurrí de eventos se cierran o culminan con el abuso de los Deus Ex Machina (que se resuelve favorablemente por la cara, para los que no entiendan) en el que serán las fuerzas de la casualidad las que parece que mueve el argumento.

La “coincidencia” puede alimentar la vis cómica más cuando tratas de hacer una comedia de enredos que hacen girar el guión hacia una dirección notable, más en este caso, el abuso de la misma hace que uno se pregunte si los guionistas no tenían muy claro cómo resolver los desbarajustes de la trama que ellos mismos habían creado.

Con todo esto, me quedo con lo bueno. Gringo: Se busca vivo o muerto es una película amena, divertida y con unas actuaciones muy buenas que nos transporta al México más peligroso para sacarnos una sonrisa. Creo que Nash Edgerton es un buen director, y si bien la película es narrativamente irregular, creo que es muy digna técnicamente, y espero que le guste al público para que este director pueda demostrar su valía en diferentes rodeos.