Esto es una historia real… (Fargo; sin spoilers)

Esto es una historia real…
(Fargo; sin spoilers)

Nieve… Fría y espesa creando páramos de tundra inerte ¿Me seguís? Porque solo hay que seguir las huellas del vacío blanco para llegar a Fargo…

HBO España llegó cuando Netflix ya tenía las nalgas bien colocaditas en los cojines de nuestro corazón, pero aunque Netflix basa su oferta en la novedad, HBO lo hace en la más absoluta calidad. No es desconocido para nadie que HBO es algo más que un simple canal de cable en Estados Unidos, es prácticamente un sello de garantía, y lo ha conseguido trayéndonos joyas tan brutalmente buenas como Los Soprano, A dos metros bajo tierra y un sinfín de series de culto. En su versión para streaming lo hace apostando por su propio contenido (Que bien vale ya un ‘potosi’) y por traernos grandes obras de otras productoras. Viendo ya sus andares, era de esperar que Fargo acabara en la caja tarde o temprano.

¿Y que es Fargo? Muchos ya conocerán la película de culto que los Cohen nos trajeron en el 96, y aunque la serie toma un camino independiente, se conecta de formas muy sutil con aquel secuestro de aficionados con catastróficas repercusiones… ¿Y si eliminamos la trama que nos queda? La esencia. Fargo es violencia, tensión, malicia, un pedo que no suena, mascar la tragedia con dientes de leche. La serie creada por Noah Hawley convierte la película de los Cohen en su cuadernillo Santillana particular y crea con la misma caligrafía una trama propia e independiente.

La trama empieza a formarse desde el segundo uno. Un hombre oscuro y de mirada peligrosa llega por accidente a un pacífico pueblo dominado por el frío letal de la blanca nieve y como si del diablo se tratará, comenzará una serie de desagradables acontecimientos, empezando por el fortuito encuentro de un mentalmente endeble vendedor de seguros al que su mujer maltrata psicológicamente. Mafías, investigación policiaca, extorsiones, violencia… es puro cine negro en formato episódico de 50 minutos.

El reparto está liderado por un Billy Bob Thornton abrumadoramente frío y temible y por un fantástico Martin Freeman que tiene un aire psicológico más cercano a Smeagol que a Bilbo en esta ocasión. Allison Tolman está estupenda en su papel de policía tortuga (Lenta pero sin pausa) y Colin Hanks nos demuestra que está por encima de la sombra de su padre ¿Qué demonios? ¡Que prime el fanboyismo! ¡Hasta el tipo que hace bulto bebiendo una cerveza vacía en el bar está de lujo! Pero es que fuera bromas, la dirección de actores es soberbia. Desde los principales hasta los secundarios, con esas expresiones lentas pero realistas que detallan aún más a unos personajes profundos y redondos en una trama que nada tiene que envidiar a su homónima de los Cohen ¿La prueba? Los aclamados hermanos son productores de esta serie. Cuando Noah Hawley le llevó el guión a los Cohen estos apenas añadieron un par de líneas de chistes antes de lanzarle fajos de dinero a la cara para que comenzará a hacer la versión televisiva de lo que una vez fue su “niño bonito”.

Por lo demás y como ya dije, se repite la esencia. Se vuelve a mostrar el morboso arte del rojo sangre sobre el blanco de la nieve. La fotografía juega con los paisajes usando una ortografía audiovisual intachable. El ritmo de montaje apuesta todo al negro en una ruleta lenta pero con ritmo en pos de avivar la llama del suspense, junto a un guión que juega entre el humor más ácido y las situaciones más horribles. Cuando llega el capítulo 10 la trama se cierra herméticamente. Queda claro que la segunda temporada jugará las mismas cartas que lo que la primera fue a la película. Distinta trama, distintos personajes, pero mismo espíritu de humor negro, tensión, crimen, y por supuesto, de blanca nieve.

Las productoras suelen empezar a sacar beneficios al cabo de la segunda temporada de una serie. Por eso mismo, es un gustazo ver como hay serie tan arriesgadas como Fargo. Autoconfianza en los ingredientes y que sea el sabor lo que atraiga al comensal a volver una vez más a sangrar sobre la nieve.