por José Luis del Río Fortich
El doce de noviembre de 2018 falleció Stan Lee. Para muchos de vosotros solo era ese viejecito encantador que aparecía en todas las películas relacionadas con el Universo Marvel y que, de vez en cuando, nos levantaba una sonrisa con sus simpáticas apariciones. Para otros, sin embargo, era el creador de un inmenso universo que nos ha hecho soñar (y aún lo hace) durante décadas. Construyó un universo de superhéroes que no vivían al margen de la sociedad, con historias que reflejaban nuestros problemas como adolescentes (Spiderman), el miedo a lo diferente (La Patrulla X), los peligros de las armas atómicas (El increíble Hulk), la fascinación por la magia oriental (Dr. Extraño), la mitología nórdica (Thor) o, sobre todo, los peligros del espacio exterior (Los 4 Fantásticos).
Creo que comencé a leer cómics de superhéroes en 1983, coincidiendo con el lanzamiento de la editorial Cómics FORUM, y, treinta y cinco años después, sigo comprándolos. En aquella época, la distribución de cómics no era, ni mucho menos, lo que es ahora. Además, para más inri, yo vivía en una pequeña (entonces) ciudad dormitorio del sur de Madrid donde no llegaba casi nada y subir a la capital era algo impensable. Así que cuando comprábamos un cómic no sabíamos si encontraríamos el número siguiente o si, para completar la historia, tendríamos que conformarnos con el resumen que nos daban al comienzo de cada ejemplar. Eso hacía que leyésemos hasta los títulos de crédito y disfrutásemos con los olvidados “Correo de los lectores” donde el Dr. Atomos o el Profesor Loki nos hacían partícipes de sus conocimientos y nos instruían sobre lo que cualquier “marvelita” debía saber. Una de las cosas que me llamaban la atención era la frase que acompañaba la primera página de cada aventura: “STAN LEE PRESENTA…”
¿Quién (o qué) era Stan Lee?
A mis tiernos nueve años, desconocía totalmente su labor y su importancia en la Casa de las Ideas. Gracias a los artículos que se publicaban en las contraportadas o en las páginas centrales de los cómics fui haciéndome una pequeña idea de su labor como creador de este inmenso universo. Stanley Martin Lieber, verdadero nombre de Stan Lee, había realizado obituarios y pequeños trabajos en prensa hasta que comenzó muy joven su labor de guionista en Timely Comics, donde entró por recomendación de un familiar. Comenzó como chico de los recados, llevando café a todos los dibujantes, entre ellos a Jack Kirby que posteriormente se convertiría en su pareja creativa, y al poco tiempo se convirtió en guionista. En Timely Comics guionizó historias patrióticas donde los superhéroes se enfrentaban a malvados nazis que tenían planes oscuros contra las fuerzas aliadas. Allí tuvo la oportunidad de guionizar al Capitán América, al que recuperaría años después, y crear a The Destroyer, un periodista norteamericano que combatía al nazismo.
En 1961, Martin Goodman, dueño de Timely Comics, acudió a un partido de golf con Jack Liebowitz, editor deDC Comics y este le comentó que habían reunido a todos los héroes de DC en un supergrupo y que las ventas habían aumentado considerablemente. Goodmanfue al despacho deStan Leey le comentó la idea. El problema era que DC tenía a Superman, Wonder Woman, Flash, etc, y Timely Comics no tenía personajes. Había que crearlos desde cero.
Stan Lee comenzó a esbozar a argumentos y Jack “The King” Kirby se encargaba de diseñar a los personajes y dividir la página en viñetas para que posteriormente Stan Lee añadiese las líneas de diálogo. La fórmula funcionaba y fruto de ese trabajo surgió una obra revolucionaria que marcó un antes y un después en la historia de los superhéroes: Los 4 Fantásticos.
Cuando llegó el éxito la labor, y la marca, de Stan Lee impregnó todo el sello editorial y su forma de trabajar se impuso: él marcaba las directrices, los dibujantes tenían libertad creativa, le pasaban los artes finales y él añadía los diálogos. Esto provocó el enfado de muchos artistas, entre ellos Jack Kirby y Steve Ditko, pues sentían que su labor no era tan reconocida como la del guionista. Este debate sigue abierto hasta hoy y hay fieles seguidores de los dibujantes que critican su actitud.
Lo cierto es que su trabajo hizo que la editorial lograse unas ventas y un reconocimiento que dejaron atrás a la competencia. Más allá de su labor como guionista, hay que destacar su labor como coordinador y redactor jefe de un universo en continua expansión. Una labor que desarrolló hasta 1972. Le relevó Roy Thomas al que siguieron breves periodos dirigidos por Gerry Conway, Len Wein, Marv Wolfman oArchie Goodwin hasta que Jim Shooter, en 1978, se estableciese como coordinador hasta 1987.
A partir de 1972, Stan Lee realizó guiones esporádicos y se dedicó plenamente a funciones de relaciones públicas y a convertirse en portavoz y difusor, hasta su muerte, de las ideas y valores del Universo Marvel. También, su presencia y simpatía en convenciones, su columna (el Stan´s Soapbox) y la invención de palabras o frases propias (Nuff Said!!!, Excelsior) fortaleció su relación con los fans marvelitas que sintieron que formaban parte de este universo superheroico.
El Universo Cinematográfico de Marvel y sus divertidos cameos en todas las películas han logrado que su rostro sea reconocido no solo por los fans sino por todos los espectadores que conocen o ignoran su labor como creador de este maravilloso universo.
La noticia de su muerte no debió sorprender a nadie. Estaba muy enfermo. Ayer fue un día triste para muchos de nosotros pero, sin duda, todos le recordaremos cuando al principio de un cómic leamos: Stan Lee presenta…
Gracias, Stan. Ya no estás en nuestra Tierra pero sigues vivo en el multiverso.
Excelsior!!!!
