Falcó / Arturo Pérez-Reverte 

Un espía canalla y mujeriego
en plena Guerra Civil

Charo Sardina

Arturo Pérez-Reverte vuelve con Falcó, una novela que cuenta las vicisitudes de un espía canalla y mujeriego que trabaja al mejor postor y que empieza su andadura literaria en la Guerra Civil española.

No voy precisamente a redescubrir al autor de más de 25 novelas, con la serie Alatriste como abanderada, y con más de 20 millones de lectores en todo el mundo. Sin embargo, en Falcó volvemos a encontrar al mejor Pérez-Reverte. Me incomoda un poco la personalidad algo machista del nuevo protagonista de la obra, el mercenario Lorenzo Falcó que se mueve como pez en el agua entre falangistas, franquistas y comunistas, con solo cambiarse, literalmente, de chaqueta.

Pérez-Reverte lleva al personaje por una España dividida y vulnerable a través de una misión que tiene que acometer el espía Falcó. El protagonista es un frío asesino, sin muchos escrúpulos que no vacila al apretar el gatillo. Ahora tiene una misión de tal calibre que podría cambiar el curso de la Guerra y para ello cuenta con la ayuda de unos entusiastas pero imberbes miembros de la Falange. Pero, además, Falcó, entre tiro y tiro, no deja pasar la ocasión de conocer, en el sentido bíblico de la palabra, a cuantas mujeres se le ponen por delante. Pérez-Reverte se apremia a retratar a nuestro hombre como un joven atractivo que tan ávido está de guerra como de amor, sean quienes sean sus aliados o sus enemigos. A él, a Falcó, en el fondo no le importa demasiado.

Pero, como toda buena historia que se precie, un final imprevisible desbarata en parte la idea preconcebida que pueda formarse el lector sobre este asesino a sueldo y descubre el corazoncito que late dentro del blindado pecho de nuestro protagonista. Aunque en ningún momento él quiera reconocerlo. Claro.

Falcó no es una novela belicista, sino que desarrolla su acción en el otoño de 1936 y en el doloroso marco de la Guerra Civil española. Hay espías, tiros, traiciones… pero los bombardeos se oyen de lejos. En esta obra Pérez-Reverte, como nuestro protagonista, no toma partido y describe con probidad las barbaries de ambos bandos entrelazando realidad con ficción.

En definitiva, me ha gustado esta primera novela de las andanzas del espía Falcó; se lee rápido y atrapa al lector como toda buena historia que se precie. Pero lo que me empieza a espantar, ya lo veo muy a menudo, es que un canalla sea un tan buen protagonista. Aquí lo es. ¿Se acabó aquello de que siempre ganan los buenos?, puede. ¿Un sino de la modernidad? Eso me temo.

@CharoSardina

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