¡Es imposible que Stan Lee haya muerto!

En efecto señores… no me he vuelto loco. Ni el 12 de noviembre de 2018 ni ninguna fecha de ningún año posterior podrá morir Stan Lee porque su legado se preservará por siempre.

¡Y me da igual lo que digan el resto de noticias! Este señor con sus 95 años puede habernos dejado en un plano terrenal, a una hermosa y digna edad y con una estupenda vitalidad que le permitía seguir apareciendo como cameo recurrente en las películas de su propia editora madre (Marvel). El creador de Spider-man, Hulk, o Thor puede que ya no camine a nuestro lado de una forma física… pero toda estrella tiene una estela y la suya es inextinguible ¿Y la leyenda? La leyenda es algo más de lo que una vez fue, un nombre que se repite y se repetirá hasta los albores del noveno arte  y que nos sucederá a todos nosotros.

Creador de la iniciativa Vengadores… La creación de los X-men originales… Los 4 Fantásticos, Dareveil, Antman, Nick Fury, Iron Man… Solo algunos de sus héroes…

Doctor Doom, Magneto, Modock, Galactus, Ego, Bruja Escarlata… Algunos de esos villanos para sus héroes…

Una cifra de más de 60 heroes, más de 170 villanos, cuyos nombres nos son conocidos en su mayoría gracias a la factoría Marvel, donde trabajó y desdobló su mente con comodidad para traernos a tinta china y papel sus hermosas y temibles creaciones de razas alienígenas, tramas que podían retorcerse durante décadas y que convertían a los superhéroes en algo más que demidioses modernos… Hombres con poderes, pero hombres… con todo lo que ello implica.

Su leyenda será la gente inspirada por su genio y esta desatará sus propias estelas, crearan sus propias leyendas, y se recrearán en sus propio arte. Todo por la inspiración que puede producir el más que vivo nombre de Stan Lee. Una inspiración que sucederá generaciones, que creará nuevos personajes, y que se sucederá como un testigo brindándonos al resto de los mortales que aún caminamos y caminarán por este mundo, la oportunidad de conocer su obra, y los vástagos reconocibles de su arte.

Si, lloremos la pérdida del hombre, pero alegrémonos por la inmortalidad del mito. Nos deja lo que consiguió y los que esos méritos inspirarán en todos aquellos que escuchen el eco de un nombre que jamás desaparecerá.