Enganchados a la muerte: Ahórrate el desfibrilador…

Enganchados a la muerte

Ahórrate el desfibrilador…

Para empezar, decir que Flatliners, o Enganchados a la Muerte, es una película que trata el tema de la muerte desde un punto de vista “científico”, y que, a pesar de ser un remake de la película homónima de 1990, se ve perfectamente de qué pie cojea la trama. Dicha trama se desarrolla sobre la vida de un grupo de estudiantes de medicina que se ven envueltos en una vorágine absurda de simulacros de muerte. Una de las estudiantes, Courtney (Ellen Page), perdió a su hermana hace unos años y pretende inducirse un paro cardíaco para después volver a reanimarse un minuto después. Cree fervientemente que de esta manera podrá experimentar lo que hay después de la muerte, contactar así con su hermana fallecida, y después volver a la vida con ayuda de sus compañeros.

Algo así viene siendo la base de la película. El conflicto es el siguiente: es una película de medicina en la que los protagonistas, tras inducirse un paro cardíaco y volver a la vida, no tienen otra cosa mejor que hacer que irse de fiesta, emborracharse, etc. Pase. Pero después, tras la pseudo muerte, a cada uno se le empiezan a aparecer fantasmas de sus pasados, que terminan por ser algo así como sus pecados, presentes en sus conciencias y que quieren, simple y llanamente, matarlos. Y no solo eso, sino que, si consiguen redimir sus pecados y solucionar los errores del pasado que atañen a las personas que se les aparecen, el problemilla del fantasma asesino desaparece. Así de sencillo.

La corriente existencialista dentro del mundo del cine siempre ha sido de las más potentes, aún hoy en día. Desde la aventura de ciencia ficción espacial Interstellar (2014) de Christopher Nolan hasta la precuela Prometheus (2012) de Ridley Scott, vienen tratando los temas más trascendentales, como el quiénes somos, para qué estamos aquí, a dónde vamos, etc. En las películas mencionadas el tratamiento de esas preguntas, que siempre han estado presentes en la historia de la filosofía, tiene una calidad medio decente que nos hace respetar, en mayor o menor nivel, el argumento que las envuelve. Es decir, el argumento se desarrolla en torno a una duda o un tema trascendental inherente al ser humano.

No es el caso de Flatliners. En esta película lo que más sorprende es la falta de concreción de género que presenta. Tenemos secuencias de terror, secuencias de comedia, secuencias de romance, etc; pero no presenta una estructura de un thriller de terror ni de suspense, ni tampoco es, evidentemente, una comedia. Y no solo eso, sino que cada uno de los puntos de la película no tiene relación con los demás. Es decir, tras el simulacro de muerte, con el que pretenden experimentar el más allá, los pecados de cada uno, en forma de errores del pasado que implicaban a otras personas que, por decirlo suavemente, salieron peor parados que los protagonistas, empiezan a perseguir a cada protagonista intentando asesinarle; pero si hacen las paces con dichas personas, esquivan a la muerte. Este enfoque no tiene absolutamente nada que ver con que los protagonistas sean médicos y el tema de la entrada en parada para experimentar lo que hay después de la muerte; no hay relación alguna, ni mucho menos explicada a lo largo de la película, entre la experimentación de la muerte con la aparición de fantasmas asesinos del pasado personal de los protagonistas. Por no mencionar que, tras la muerte y resurrección, los protagonistas desarrollan su capacidad mental, cognitiva, física, etc.

De todo punto, esta película conforma un conjunto de absurdos pseudo científicos, ficticios, terroríficos, religiosos, que, si se hubiesen enfocado de una manera un poco más inteligente, quizá habría resultado una mezcla con un poco más de chispa. Pero el caso es que se intentan tratar demasiados temas demasiado diferentes, con un número de enfoques y puntos de vista que sencillamente no caben en una película.