El Espía que Engañó a Hitler, José María Beneyto

Inglaterra, 5 de junio de 1944. Los paracaidistas aliados suben a los Dakota para saltar sobre Francia durante la noche. Las fuerzas de asalto anfibio llevan 48 horas embarcadas y, ahora sí, navegan rumbo a Normandía. [Leer +]

Y los panzer no se movieron

José Víctor Esteban

datos_espiaInglaterra, 5 de junio de 1944. Los paracaidistas aliados suben a los Dakota para saltar sobre Francia durante la noche. Las fuerzas de asalto anfibio llevan 48 horas embarcadas y, ahora sí, navegan rumbo a Normandía. La mayor flota de la historia está en movimiento, más de 5.000 buques de todo tipo. Miles de aviones se preparan para el gran ataque del día D. En el cuartel general aliado, Eisenhower fuma un paquete de tabaco tras otro aguantando la tensión máxima de quien sabe ha enviado a miles de soldados a una muerte segura. Tantas cosas pueden salir mal, el clima ha obligado a retrasar un día el desembarco, la aviación alemana es todavía muy fuerte y sobre todo las divisiones panzer que esperan a conocer el punto de desembarco, pueden barrer a los aliados de las playas. Y Rommel el gran maestro táctico del ejército alemán está al mando.

Para desesperación de Rommel las divisiones panzer no se moverán, la aviación no aparecerá, el desembarco será un gran éxito y Eisenhower podrá radiar al mundo la noticia con el segundo de los discursos que había preparado. En el primero asumía toda la responsabilidad por el desastre que no se ha producido.

Los panzer no se mueven… ¿por qué?

Barcelona, otoño de 1936. Un muchacho decide esconderse con los padres de su novia para escapar de la matanza que se está produciendo en la ciudad. Es un republicano de derechas de esos que oficialmente nunca existieron. La República no conseguirá detener la carnicería catalana hasta el gobierno de Negrín en 1937. Los cadáveres, catalanistas, socialistas, españolistas, falangistas, anarquistas, todos contra todos, aparecen cada mañana en la marisma adónde hoy se alza el Fórum de las culturas. Los franquistas catalanes mantendrán la costumbre hasta bien entrados los años cuarenta.  

José María Beneyto ha construido una estupenda novela sobre la historia de una vida imposible de creer si no fuera cierta.

Juan Pujol García, “Alaric” para los nazis, “Garbo” para los aliados, es el autor intelectual del mayor engaño militar del siglo XX. El único ser humano condecorado por los dos bandos que le consideraban un héroe propio. Y sus dos sobrenombres son igualmente apropiados, “Alarico” el saqueador de Roma y sí, Pujol empieza a actuar movido por el dinero, por la necesidad de mejorar su situación en una España hundida en la miseria absoluta de los primeros años cuarenta. ¿Y quién tiene dinero en abundancia en el Madrid de posguerra?, los nazis. Entre él y su esposa Araceli empiezan a tejer una tela de araña de medias verdades y mentiras completas que llamará la atención del espionaje alemán y finalmente del espionaje británico.

Nos cuenta Beneyto las andanzas de un superviviente con ganas de huir de la miseria que merece como nadie el sobrenombre de “Garbo”, la gran Greta. Como la sueca, Juan Pujol es capaz de engatusar a cualquier incauto enredándolo en sus historias.

De Madrid a Londres, pasando por Lisboa, “Garbo” se convierte en el gran maestro del engaño, capaz de hacer comer de su mano al mismísimo Adolf Hitler. Pero aún hay más, la información manipulada y deformada llegará a la Unión Soviética a través del grupo de universitarios que protagonizará el mayor escándalo de espionaje de la guerra fría.

Beneyto ha escrito una buena novela de aventuras con todos los ingredientes de una obra de espías. Codicia, deseo, sexo pero también sacrificio y lealtad en la búsqueda de un objetivo mayor y sobre todo, decente. Al final se pierde un poco con el “Circus” pero consigue cerrar bien.

Un mes después del desembarco de Normandía, Hitler y su estado mayor seguían creyendo que el desembarco principal estaba por venir y sería en Calais.

Un catalán menudo, calvo y de aspecto insignificante consiguió convencer al ejército alemán de que Normandía era sólo una distracción. Y los panzer no se movieron.

@JVictorEsteban3

Si quieres leer el primer capítulo pincha aquí. El Espía que Engañó a Hitler.

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