Objetivo: ponerse forma

Women exercising

Actividades y ejercicios para vagos

Posiblemente te plantees, mientras sientes cómo la hamburguesa con bacon se te escurre entre los dedos y que la medianoche se resquebraja bajo la presión de tus yemas, que en tu lista de propósitos para el 2019 esquivaste muy hábilmente que tendrías que cuidar de tu figura, incluyendo deporte y alimentación. Lo guardaste mentalmente, pero no lo escribiste para no sentir la obligación.

Te fías de tu buena voluntad, aunque eres consciente de que el cross country running no es tu especialidad, y no estás seguro de que te gustaría instalar un gimnasio en la mansión que te comprarías si te tocara la primitiva o el cupón de la ONCE.

Así que dejando a un lado los 10K run y los pisotones en las rebajas del Corte Inglés, las segunda rebajas de Zara, los escaparates de Massimo Dutti, Hugo Boss, Jack & Jones o H&M, reflexionas y te bloqueas ante la pesadilla de que la operación tableta de chocolate –o la operación bikini, si eres del dos piezas– está a la vuelta de la esquina y no habrá suficiente Photoshop en la Tierra para arreglarte en Instagram.

¿Te has apuntado cientos de veces al gimnasio pero después de la primera semana el único ejercicio que has hecho es lamentarte del dinero malgastado o eres de los que prefieren los deportes que se ven desde el ‘sillómbol? No te preocupes, tú también puedes estar en forma, solo tienes que sacarle el máximo partido a cada minuto que te mueves.

Empezamos…

Veamos. Para empezar: Antes de levantarte de la cama por la mañana, hay que hacer algunos estiramientos, con brazos y piernas extendidas.

Luego, una ducha caliente pero con un golpe de agua fría para estimular la circulación y despertarte definitivamente.

Mientras te secas, nuevos estiramientos, esta vez, con especial atención al cuello, con movimientos laterales pero siempre con mucho cuidado. Esta operación no te llevará ni un minuto extra y flexibilizará tus músculos.

Sube y baja por la escalera, en casa, en el trabajo, en el centro comercial…, fortalecerás las piernas y quemarás calorías.

Si puedes, ve andando o en transporte público a trabajar (y a los demás sitios). De esta forma te obligarás a caminar rápido por la mañana, lo que te revitalizará para todo el día. Si coges el coche, al menos, procura aparcarlo lo más lejos posible de tu destino.

Tu casa, tu gimnasio

Durante la jornada también puedes hacer algo de ejercicio en el trabajo. Si pasas la mayor parte del día sentado ante un ordenador procura levantarte cada hora y dar un pequeño paseo para estirar las piernas.

Puedes ofrecerte a hacer algunas actividades que requieran que te levantes de tu sitio, por ejemplo, ir a cambiar el tóner de la impresora, muévete a la máquina a por los cafés, levantarte a por folios…

Si trabajas de pie, cambia de postura a menudo, aprieta los glúteos y mete el abdomen de vez en cuando para fortalecer los músculos. Pruébalo, aunque no lo creas es eficaz para luchar contra el michelín.

Gente subiendo escaleras

En ambos casos, tanto si trabajas sentado como si lo haces de pie, no perderás un minuto moviendo pies y manos en círculos cada cierto tiempo para activar la circulación y fortalecer tobillos y muñecas.

Si tienes que atender tu casa, estás de enhorabuena, la actividad de cuidar el hogar da muchas oportunidades para mantenerte en forma. ¿Qué me dices del ejercicio que haces pasando el aspirador, haciendo la cama, limpiando la bañera o tendiendo la ropa, por ejemplo? Parece una tontería, pero no lo es.

Pero si en eso delegas, no tendrás más remedio que buscar otros modos para mantenerte en forma. Por ejemplo, busca una excusa para pasear todos los días, adopta un perro, ve a comprar el periódico a un par de manzanas de tu portal, sal a tirar la basura al cubo más lejano de la urbanización… Hagas lo que hagas, hazlo a paso rápido para acelerar y fortalecer el corazón. Y detente a pensar un minuto si de verdad no eres capaz de aventurarte con el footing.

Un ejercicio extras que hacemos sin darnos cuenta es andar mientras hablamos por el móvil. ¿A qué ya lo has hecho alguna vez? No te costará nada y quemarás algunas calorías.

Para estar en forma también hay que cuidar la alimentación. Hay una regla de oro para comer saludable y es no comprar aquello que no lo es. Si no te gusta cocinar y no tienes a nadie que te haga la comida sal fuera a comer. Es mejor comer caliente en un bar de barrio que ‘apretarte’ una pizza recalentada del día anterior.

Comer saludable

Un poco de dieta

Pero, si estás leyendo esto es porque has tomado conciencia de que tienes que hacer algo para mantenerte en forma, con lo cual te aconsejamos que aprendas a cocinar algunos platos sencillos: carnes o pescados a la plancha, muy fácil de hacer y saludable para tu cuerpo.

Hazte con unos cuantas unidades de verduras o legumbres en frasco de cristal, solo tendrás que pasarlas por la sartén con un poco de aceite si prefieres tomarlas calientes pero también puede echarlas tal cual a la ensalada. Muy fácil y saludable. Huye de los precocinados, nada buenos para tu colesterol.

Si te llevas la comida al trabajo, procura tomarla siempre caliente. Aprovecha que no estás en casa y ‘olvídate’ el pan y para postre, mejor una fruta. No mezcles la comida con bebidas con burbujas o azucaradas, y procura comer despacio.

Comas donde comas da un paseo después, no importa que sea breve si no tienes tiempo, siempre es una forma de mejorar la digestión. Si estás en casa, aprovecha para recoger la cocina o hacer cualquier actividad que te aleje del sofá nada más comer, tu estómago te lo agradecerá.

Para cenar, toma algo ligero, queso o jamón (pero nada de embutido, ni patés). Vale, sí al vasito de vino para acompañar. Es bueno para el corazón.

Y ya sabes, no te saltes comidas pero tampoco piques entre horas, los entendidos dicen que hay que comer cinco veces al día pero pocas cantidades cada vez. Si no eres capaz, come las tres consabidas pero lo más saludable posible. Y ya sabes lo que no debes comer para no asustar a la báscula.

Y para dormir

Antes de irte a dormir, vuelve a hacer los estiramientos y pequeños ejercicios como flexionar el tronco cuatro o cinco veces, mover manos y pies en círculo, estirar el cuello… Un baño o ducha caliente te ayudará a relajarte y un buen libro (de papel) también. No hay nada como un sueño reparador para estar en forma.

Una cosa más, no seas de los que dicen eso de que ‘por un día no pasa nada’ o lo de ‘yo me cuido a diario pero el fin de semana me doy algún capricho’. Así, sí que no se puede.