Todo el dinero de mierda de un mundo podrido

Todo el dinero de mierda de un mundo podrido

por Manuel Gris

Lo peor que le puede pasar a una película es que se la conozca por cosas que nada tienen que ver con ella; como le ha pasado, por desgracia, a Todo El
Dinero Del Mundo
, la nueva obra maestra de Ridley Scott.

Primero fue debido al boom que hubo en Hollywood en las denuncias de abusos sexuales (por si no lo sabíais, un actor denunció hace unos meses que fue supuestamente mal tocado, siendo él menor, por Kevin Spacey en una fiesta, estando este último tan borracho que ni lo recuerda), y en el clásico “tú palabra contra la mía”, la creencia popular cayó del lado del denunciante, consiguiendo que se haya hecho un vacío inmenso alrededor del ganador del Oscar, hasta tal punto que fue sustituido en esta película que hoy comentó por el gran (hay que decirlo) Christopher Plummer. ¿Fue buena decisión?, a quién le importa, ¿no?, lo que de verdad ha quedado claro es que “se hizo justicia” porque Kevin Spacey posiblemente había tocado a un menor en una fiesta llena de drogas y alcohol. En la película, reconozco, está inmenso su sustituto, que tuvo que rodar de nuevo todas las escenas.

Y ahí vamos al segundo asunto ex película que ha trascendido más que el propio film.

Vamos a ver si me explico, porque seguro que a quién le interese va a coger mis palabras y mal entenderlas:

Primero, no hay que ser un genio para saber que debería haber igualdad salarial entre hombres y mujeres y que, por desgracia, no es de justo en casi ningún trabajo.

Y segundo, por esa misma razón, la de justicia, debería cobrar más el que hace más trabajo, sin importar el sexo o la edad. ¿Vamos bien de momento? ¿Sí?, lo pregunto porque se montó un lío enorme porque Mark Wahlberg cobró más que Michelle Williams por repetir escenas, ¡y claro!, ¡eso no es igualdad! Pero lo que solo sabrán los que vean la película (y con los ojos abiertos) es que él repitió más escenas, y algunas conllevaban desplazamientos que el actor no tenía previstos en su agenda laboral, y ella solo hizo como mucho tres, y todas ellas sin moverse de su ciudad. ¿Y qué pasó al final?, pues podríamos decir sin tapujos que casi crucificaron al director, a la productora, y al propio actor, que finalmente donó el dinero extra que había cobrado a caridad, porque, bueno, hay que quedar bien con los medios y el populacho, ¿no?

Y ahora que estos asuntos quedaron claros, vamos a lo que toca, que estamos aquí para hablar de cine, no de la tontería de nuestra sociedad.

Así que vamos allá.

Ridley Scott es de esos directores que incluso su peor película tiene cosas que muchos envidiarían, y esta, sin duda, es envidiable hasta el infinito. Porque con un ritmo tan increíble, una tensión tan bien llevada, y una dirección de actores irrompible, es increíble que un film basado en hechos reales, y que por lo tanto con mirar un poco internet se puede saber qué pasó en realidad, te tenga casi 2 horas y media sentado en la silla mordiéndote las uñas. La historia te atrapa y no te suelta, y ahora mismo no recuerdo ni un solo segundo de esos que los que amamos el cine buscamos para cagarnos en la cinta, en los que dices Es paja, deberían haberlo quitado, porque ni un maldito segundo debería haberse quedado fuera. Y eso, con la actual situación de la industria, llena de Reboots y Remakes y Remierda, es para aplaudir y dejarse las manos.

Todo el Dinero del Mundo nos sitúa en Roma en 1973. Unos hombres enmascarados secuestran a un adolescente llamado Paul (Charlie Plummer). Su abuelo, J. Paul Getty (Christopher Plummer), es el hombre más rico del mundo, un magnate petrolero tan multimillonario como avaro. El secuestro de su nieto favorito no es razón suficiente para renunciar a parte de su fortuna.

Pero lo mejor es el fondo, la idea, lo que te escupe este hecho real que, supongo, conmocionó a los que lo vivieron en los años 70. La idea anticapitalista, anti Tio Gilito que empapa toda la película, no podría haber llegado en mejor momento a la cartelera, porque hace mucho que nuestro mundo no vive una locura tan grande con el todopoderoso dinero como rey del mundo. Tanta guerra, tanta avaricia, tanta corrupción que nos rodea se ve reflejada en esta historia que muestra como una persona podrida de dinero y con un rencor brutal y potente por la humanidad (y que compartes en algún momento, hay que ser sincero) es capaz de anteponer su ego y su estatus de cara a la galería a su familia. Y cómo la manipulación, las trampas, el tira y afloja, y la estupidez mueve, irremediablemente, este planeta de mierda en que nos ha tocado vivir.

Todo el Dinero del Mundo es una película inmensa, colosal, de esas que una vez terminas de verla quieres volver a ver para babear de nuevo y volver a sentir como te aplasta, y solo por eso debería verse sí o segurísimo.

Las tonterías que la rodearon, que la empañaron, que seguramente harán que mucha gente no quiera verla, quedan solamente para los perezosos y tontos que no saben diferenciar la realidad del invento, la mentira de la verdad. Lo que dicen todos, de la verdad.