Diecinueve

Diecinueve

“Disimulo en un gris puro para librarme de los colores”

En el verano de 2006, los 40 principales organizaron un concierto especial para conmemorar su cuarenta aniversario. Ivan Ferreiro había presentado en el año anterior su primer disco en solitario, Canciones para el tiempo y la distancia. Supongo que, conocido Ivan por su recién terminada etapa en Piratas, fue unos de los invitados a participar en aquel aniversario. Cantó dos canciones: la primera, uno de los más aclamados éxitos de Piratas, Promesas que no valen nada, que el “cantante” de El Canto del Loco tuvo a bien estropear al compartir escenario con él. La segunda, ya solo con su hermano, Turnedo. Sin entrar en un nuevo monográfico de Turnedo, la canción tiene dos partes diferenciadas: la primera cantada, y una parte final exclusivamente musical. Ivan firmó en aquel concierto un ejercicio de melomanía extrema para paliar la ausencia de letra de la segunda parte de la canción, cantando pedazos de otras canciones que comparten armonía con Turnedo: cantó por Los Planetas, cantó por Quique González y cantó los Rolling. Pero el primer grupo al que hizo homenaje no fue ninguno de esos. Ivan empezó a cantar el principio de Diecinueve, de Maga, en lo que parecía una versión extendida del tema original. Recuerdo mucho aquel momento, porque fue la primera vez que escuché a los sevillanos.

Diecinueve es, probablemente, una de las canciones bandera de Maga. En el 2014 la banda anunció un parón, que disolvieron a finales de 2015 con este alentador mensaje: “La simiente de Maga no estaba muerta, sólo exhausta, reclamaba una cura de sueño. De tiempo. De distancia. De silencio”. El anuncio traía consigo dos bombazos: el primero, el anuncio de nuevo disco para finales de 2016. El segundo, la reedición de su primer álbum, Blanco, con colaboraciones especiales de varios artistas, además de ir acompañado de dos conciertos especiales para presentar dicha reedición.

Pues bien, como era de esperar, Maga llenó durante dos noches seguidas la Joy Eslava rodeados de multitud de compañeros del gremio que, dicen los asistentes, hicieron que aquellas dos noches vayan a tardar en borrarse de las paredes de la Joy. Al día siguiente, le tocaba hacer lo propio en el mismo lugar a The New Raemon, que había estado compartiendo escenario con Maga las dos noches anteriores. Por diversas circunstancias personales, no pude asistir a ninguno de los conciertos de Maga, y por casualidades de la vida, pude asistir al de Ramón. Fue ahí cuando el de Cabrils empezó a tocar uno de mis temas favoritos, Silencio, que a pesar de hacerlo él popular, es una canción original de Maga. Fue ahí, a las 22:15 de la noche, cuando Ramón mandó salir al escenario a Miguel Rivera, cantante de Maga, para que tocase con él su canción. Y fue ahí, justo ahí, cuando el karma al fin me quiso guiñar un ojo, supongo para que no me olvide de él, y pude disfrutar de una parte de Maga en directo.

Ramón, una vez más, te debo un baile.

@pgvillalibre

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