Los cursos de escritura creativa, un fenómeno en alza

¿Quieres ser el autor del próximo best seller? Ahora lo tienes fácil

Aprender a escribir una novela, poesía o cuentos ha dejado de ser una actividad para unos pocos y se ha convertido, en los últimos años, en un verdadero fenómeno de masas.

por Patricia León

Ya sean presenciales o virtuales, los cursos de escritura creativa han bajado sus precios y por tanto se presentan como una oportunidad única para mejorar las técnicas narrativas, conocer gente o escribir una novela

Pese a las sucesivas crisis del sector del libro, los cursos de escritura creativa gozan de muy buena salud. Con una treintena de escuelas de primer nivel, repartidas sobre todo entre Madrid y Barcelona (pero no solo en esas ciudades), asistir a un taller y ponerse a escribir es un hobby que, al parecer, no tiene edad.

El gusanillo de las letras no tiene edad

Según Rafael Romero, director y docente de la Escuela de Escritores Falsaria, la edad es completamente heterogénea: “Tenemos alumnos que sobrepasan los 70 años y hacen sus primeras prácticas en narrativa y niños que aún no han terminado el instituto. En ese sentido, es una experiencia maravillosa“.

Muchos, continúa Romero, “se acercan a conocer gente o simplemente a compartir sus creaciones literarias con otros alumnos, sin demasiadas pretensiones”.

Pero ¿qué se enseña realmente en un curso de escritura creativa?

Sobre todo, indica Nicolás Mattera, Director de Desarrollo de Tregolam, El País de los Escritores, “se enseña el oficio de ser escritor a través de una metodología estructurada para que, a través de la escritura, la lectura, los comentarios de textos de otros compañeros o el docente, el alumno vaya adquiriendo las técnicas y los recursos literarios que le permitirán desarrollar su sueño de ser escritor”.

Sin embargo, dentro del fenómeno de los Talleres Literarios en España hay uno aún mayor y es el impulsado por plataformas online donde el alumno ni siquiera necesita asistir a clase.

El mundo online también tiene su espacio

Según Paloma Benavente, docente de cursos de escritura creativa y creadora del blog Editoralia, los cursos virtuales tienen un perfil muy concreto de usuario: “Sea por problemas de tiempo, de ubicación o simplemente porque sigue habiendo un núcleo muy amplio de personas que perciben la escritura como un lugar muy personal y privado, donde no quieren exponerse a la mirada de los otros. En ese sentido, las aulas virtuales son un lugar ideal para ello”.

Lo que está claro es que las nuevas tecnologías también ayudan a propagar esta tendencia, pero no son el aspecto más importante a la hora de escoger un curso virtual frente a uno presencial.

“Las aulas virtuales —continúa Rafael Romero— tienen más de 10 años y no han cambiado tanto. Hay alumnos que solo necesitan que les contestes por e-mail. Les da igual el streaming o las nuevas formas de comunicación”. 

¿Se puede aprender a escribir?

Más allá de los debates manidos sobre si se nace o se hace (ser escritor), los tres coinciden en lo mismo.

Según Nicolás Mattera: “Hay, por supuesto, un talento natural heredado de un contexto personal que es ineludible. Pero ese talento sin un guía no sirve para nada. La escritura es muy difícil y hay mucha competencia”.

Paloma, por su parte, tiene clarísimo la importancia de los talleres y además, dice, se palpa. “Simplemente con que veas los escritos de un alumno al principio y otra al final del curso comprenderás la mejoría”, comenta.

Para Rafael, además, está muy ligado a la implicación didáctica del alumno: “Requiere una dedicación exhaustiva y cierta disciplina: escribir, escribir y escribir. Los medias tintas se quedan en el camino…”.

Sobre cuál es el género que más alumnos atrae a los centros educativos, hay una coincidencia absoluta entre los tres entrevistados: el taller de novela. “La novela —indica Paloma, reflexiva— sigue siendo la gran seductora. Por lo menos en España… en América Latina, el cuento es muy fuerte, con referentes de lujo…”.

En España el sector resulta tan atractivo que hasta las grandes editoriales se están haciendo un hueco. Por ejemplo, Penguim Radom House ha creado la escuela Cursiva, convencidos de que su experiencia les avala ya que entienden el oficio de escritor, y todo lo que conlleva.