Cruïlla 2019 (06/07) – Kylie Minogue arrasando el festival

Kylie Minogue arrasando el festival

por Àlex Caballero

Vamos a ir por partes. El rooster del sábado en el Cruïlla era prácticamente olvidable. Eso para empezar. Teniendo en lista a Seu Jorge a primera hora de la tarde ofreciendo un concierto de calidad, aunque relajado y sosegado al máximo, he de admitir que la vez anterior que lo vi en el Primavera Sound de hace unos años, me gustó mucho más.

Como segunda opción de la tarde teníamos a El Petit De Cal Eril presentando su último trabajo titulado Energía Fosca en un concierto que también se podría definir como de gran calidad, pero que tampoco aportó nada nuevo ni fue extremadamente especial como para destacarlo.

Acto seguido nos fuimos a Michael Kiwanuka, una eminencia del soul más intimista en lo que se convirtió en uno de los conciertos más aburridos del día en el plano personal, obviamente este hombre es un maestro en lo suyo, pero después de dos conciertos sumamente pausados, lo de Kiwanuka nos dejó ya para el arrastre y con los ánimos por los suelos.

Y llegó Kylie Minogue

Y coincidiendo con el concierto que más ganas tenía de ver ese día, mis queridos Cala Vento, teníamos a la australiana Kylie Minogue en el escenario principal del Cruïlla.

Un concierto al que, si he de ser sincero, me acerqué más por curiosidad que otra cosa esperando que a los diez minutos cogiera el camino para ver a los Cala Vento en la otra punta del Festival en el escenario Radio 3. Pero mis pensamientos de abandonar el barco de la Minogue se esfumaron de un plumazo en cuanto salió a escena enfundada en su vestido de noche blanco y brillante, rodeada de una sección de bailarines envidiable y con un escenario movible que presentaba cajas y espejos en los que se reflejaba una producción de escándalo.

Imposible dejar pasar una oportunidad como esa de ver a una de las divas del pop más famosas de los últimos 30 años.

Simplemente espectacular

Obviamente gran parte de mi adolescencia y edad adulta ha estado rodeada de los hits de la Minogue, ya no porque te guste más o menos, sino porque la radiofórmula de la época tiraba sin distinciones de sus canciones de la misma manera que lo hacía de otros grandes nombres de aquellos días.

Quizás por eso, por esa familiaridad, por esa interiorización accidental de sus hits, el concierto se convirtió en un momento de lo más especial, único y valioso.

Siendo una persona que va a más de 100 conciertos al año, puedo decir alto y claro que lo de la australiana en el Cruïlla se confirmó como uno de los mejores shows que he visto a lo largo del año y posiblemente uno de los mejores de mi vida también, creo que con eso está todo dicho.

El show de la Minogue se dividió claramente en cuatro marcados bloques separados por los cambios de vestuario, algo que iba también acompañado del cambio de indumentaria de los bailarines a veces a juego con ella y a veces no tanto, pero hay que decir que tanto las coreografías, como el vestuario eran de ensueño.

Fue algo así como un viaje en el tiempo tan entrañable, bonito y disfrutable que las palabras se quedan cortas para describirlo. Mención especial a unos bailarines que no tenían reparos en coger parejas de su mismo sexo para bailar y así romper ciertas barreras que a día de hoy deberían ser tan ridículas como inexistentes, aunque por desgracia, no sea del todo así todavía.

Step Back In Time: The Definitive Collection

Del setlist, todo fue sumamente destacable. La Minogue venía presentando un recopilatorio llamado Step Back In Time: The Definitive Collection, con una lista de éxitos de más de 40 canciones, en el que repasa de manera minuciosa y certera sus 30 años de carrera.

El listado de canciones del show reunía nada menos que 23 de las contenidas en el recopilatorio entre las que cayeron el Kids con (sin) Robbie Williams, Specially For You con (sin) Jason Donovan, la mini introducción que hizo del dúo que cantaba con Nick Cave en Where The Wild Roses Grow y, obviamente, Love At First Sight, I Should Be So Lucky, Never Too Late, Je Ne Sais Pas Pourquoi, In Your Eyes, Slow con ese guiño al Fashion de Bowie, Can’t Get You Out Of My Head, Better The Devil You Know, The Loco-Motion con otro guiño esta vez a Donna Summer y el Spinning Around para finalizar. No las he nombrado todas pero sí la mayoría. 

Como dato entrañable y loable, Kylie sacó a una chica del público de la primera fila para dejarla subir al escenario y obsequiarle con una Rosa, un gesto que las fundió a ambas en un abrazo y a lo que Laia, nombre que coreó el Cruïlla entero cuando ella la Minogue la anunció, le comentó que para ella era un sueño hecho realidad estar allí.

La magia del directo y la magia del pop sin prejuicios cerraron un día que, sino llega a ser por la australiana, se va a pique con todas las de la ley.