Como una extraña, Rachel Abbott

Como una extraña de Rachel Abbott, les hará pasar miedo, insultarán mentalmente a algunos personajes, puede que lloren, pero eso es lo que tienen las novelas bien escritas, que nos hacen disfrutar.[Leer +]

Una sombra del pasado

José Víctor Esteban

datos_extranaEn la larguísima tradición anglosajona de novela de misterio/intriga/policiaca hay todo tipo de variantes que mantienen al lector en vilo, le desafían, le asustan o le aterran. Desde las miguitas de pan con las que Agatha Christie riega sus novelas conduciendo al lector hasta la solución definitiva (aunque reconozco que a mí siempre me faltaban migas para resolver el delito), al sólido proceso metodológico y cuasi-científico de Conan Doyle o el puro terror de Stevenson en Dr. Jekill cuando plantea los límites de la ciencia, ¿qué habría escrito de haber conocido la bomba atómica? Pero hay un elemento que siempre provoca un escalofrío en la espalda; la infancia y sobre todo los niños que ya no lo son.

Como una extraña es un ejemplo de este último tipo. El súbito retorno de una niña desaparecida cuando apenas era un bebé, desordena las vidas de lo que queda de su familia, su entorno y los policías que llevaron su caso diez años atrás.

¿Quién es la adolescente que reaparece? ¿Qué queda de la niña que fue? ¿Por qué ha vuelto precisamente ahora? ¿Dónde ha estado todo este tiempo? ¿Qué le ocurrió realmente?

Y en esto de acongojarnos con niños nadie mejor que una escritora británica para aportar un toque despiadado a sus personajes.

Rachel Abbott es de Manchester, la primera ciudad industrializada de la historia y precisamente por ello víctima de una larguísima decadencia hasta los años setenta del siglo pasado cuando del capitalismo al que dio nombre por la infame explotación de sus trabajadores, “manchesteriano”, pasó a la revolución “thatcheriana” y los hijos de sus trabajadores cambiaron el mono de trabajo por el Armani del sector financiero o los vaqueros (Gucci, eso sí) de la informática. De los que no llegaron a disfrutar de los beneficios del primero y no consiguieron engancharse a la segunda nadie dice nada (hasta el Brexit, que lo dijeron ellos bien claro).

Y por debajo el submundo que nunca cambia por más revoluciones que se desarrollen por encima de sus alcantarillas. Prostitución, drogas, alcoholismo, menudeo delictivo y una red clientelar de pobres desgraciados que no pueden escapar de la red de hijos del lumpen en la que están atrapados.

Esta escritora auto-publicó sus primeras novelas y consiguió vender más de un millón de ejemplares dando un claro ejemplo de capitalismo en estado puro. El éxito no necesita subvenciones, solo calidad de trabajo y dedicación personal. 

Léanla, se lo merece. Les hará pasar miedo, insultarán mentalmente a algunos personajes, puede que lloren, pero eso es lo que tienen las novelas bien escritas, que nos hacen disfrutar.

@JVictorEsteban3

Más contenido en YB