En una mezcla de modernidad y tradición, el Carnaval de Venecia, uno de los más antiguos del mundo, detiene el tiempo y engalana con trajes de época, clase y muchas máscaras un enclave irrepetible.
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El de Venecia es el festival de máscaras más antiguo conocido, con su origen en el siglo XI, y es único en el mundo. Las primeras noticias que se tienen de esta fiesta datan de 1296 cuando un edicto del Senado de la República Serenísima declaraba festivo el día precedente a la Cuaresma, para que el pueblo pudiera disfrutar de un periodo de diversión sin distinción de clase social antes de la fiesta religiosa. De esta manera, la población podía salir a la calle disfrazada para evitar ser reconocidos y mofarse de los más ricos. Los nobles, por su parte, hacen lo propio para disfrutar de un espectáculo, en el que casi todo estaba permitido.
El carnaval de Venecia alcanza su gran esplendor e internacionalidad en el siglo XVIII, cuando grandes nobles de toda Europa se desplaza hasta ‘La Serenísima’ para asistir a las grandes fiestas privadas organizadas por la nobleza de la época. Sin embargo, con la ocupación de Napoleón, el carnaval quedó prohibido por miedo a conspiraciones y revueltas y no se volvió a celebrar ya hasta avanzado el siglo XX.
Actualmente, el carnaval veneciano es completamente distinto a cualquiera de los que se celebra a lo largo del mundo y tiene un carácter muy popular. Los trajes recuerdan a las suntuosas indumentarias del siglo XVIII y las máscaras blancas, doradas o plateadas son un ornamento imprescindible.
El carnaval detiene el tiempo en la ciudad de los canales. Los turistas no se pierden el Volo dell’Angelo o Volo della Colombina, en el que un artistas desciende por una cuerda desde el Campanario de San Marcos hasta el Palacio Ducal, en una exhibición de equilibrio impresionante, una tradición que se remonta al siglo XVI.
Actualmente, las fiestas empiezan doce días antes de la Cuaresma y termina el martes de carnaval. Durante estos días se organiza grandes desfiles y bailes de disfraces actos para todos los públicos. Aunque también se siguen organizando fiestas privadas a precios prohibitivos y a los que solo se puede acceder con invitación. El Café Florian, en la Plaza de San Marcos, es centro de reunión de los disfrazados donde los turistas se fotografían en un entorno que te transporta sin duda a otra época.
Venecia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fue un enclave muy importante durante el siglo XVIII, era la capital de la República de Venecia con gran poder en el comercio marítimo y la Ruta de la Seda y no fue hasta 1866 cuando se incorpora a Italia.
