Camino de la libertad financiera

La construcción de riqueza puede ser una de las empresas más emocionantes y gratificantes en la vida de una persona. Además de proporcionar una experiencia cotidiana más cómoda, un valor neto sustancial puede reducir el estrés y la ansiedad, ya que te libera de la preocupación de poner comida en tu mesa o de pagar tus cuentas.

Para algunos, eso solo es suficiente motivación para comenzar el viaje financiero. Para otros es más como un juego. La pasión comienza cuando recibes tu primer cheque de dividendos de una acción que posees, depósito de intereses de un bono que adquirieron, o el cheque de alquiler de un inquilino que vive en tu propiedad.

En este artículo quiero centrarme en el aspecto filosófico de la tarea al compartir algunas verdades, que pueden ayudarte a comprender mejor la naturaleza del desafío al que te enfrentas cuando te preparas para la tarea de acumular capital excedente.

Cambia la forma en la que piensas sobre el dinero

La población en general tiene una relación de amor y odio con la riqueza. Algunos resienten a los que tienen dinero mientras esperan simultáneamente.

Sin embargo, a falta de algunas excepciones bastantes específicas, en una sociedad próspera y libre, la razón por la que una gran mayoría de las personas nunca acumula un nido sustancial es porque no entienden la naturaleza del dinero o cómo funciona.

Esta es, en parte, una de las razones por las cuales los hijos y nietos tienen un llamado “piso de vidrio” debajo de ellos. Son conocimientos y redes que se les ha dado que les permiten tomar mejores decisiones a largo plazo sin siquiera darse cuenta.

El principio más importante aquí es que el capital es algo viviente, es decir, tú. Cuando te levantas por la mañana y vas a trabajar te estás vendiendo a ti como producto, o más específicamente, a tu trabajo.

Cuando te das cuenta de que en todas las mañanas tus activos se despiertan y tienen el mismo potencial para funcionar que tú, abres una poderosa puerta en tu vida. Cada centavo que ahorras es como un empleado.

En el trascurso del tiempo, el objetivo es hacer que tus empleados trabajen duro, y eventualmente, ganar más dinero para contratar a más trabajadores. Cuando se ha convertido en un verdadero éxito ya no tienes que vender tu propio trabajo, pero puedes vivir de la mano de obra de tus activos.

Es importante que todas las mañanas salgas de la cama y trates de crear o adquirir activos que generen efectivo, y que produzcan más y más fondos para que puedas volver a destinarlos a otras inversiones.

Desarrolla una comprensión del poder de las cantidades pequeñas

El mayor error que comete la mayoría de las personas cuando intentan descubrir cómo enriquecerse es que piensan que deben comenzar con un imperio napoleónico a su disposición. Sufren de la mentalidad “insuficiente” pues si no están haciendo inversiones grandes, nunca se volverán ricos.

De lo que estas personas no se dan cuenta es que ejércitos enteros se construyen con un soldado a la vez, y también tu arsenal financiero.

Con cada céntimo que ahorras te compras la libertad

Cuando lo pones en esos términos ves cómo gastar 20€ aquí y 40€ allá puede hacer una gran diferencia en el largo plazo. Dado que el dinero tiene la capacidad de trabajar en tu lugar cuanto más se emplee, más rápido y más grande tendrá la oportunidad de crecer.

Si tienes alguna fuente de ingresos, es posible que empieces a acumular riqueza hoy. Pueden ser solo 5€ o 10€ por vez, pero cada una de esas inversiones es una piedra en la base de tu libertad financiera.

Eres responsable de dónde estás en tu vida

Hace años una amiga me dijo que no quería invertir en acciones porque “no quería esperar diez años para ser rica…” preferiría disfrutar de su dinero ahora. La locura con este tipo de pensamiento es que lo más probable es que vas a estar vivo en diez años.

La pregunta es si estarás mejor o no cuando llegues ahí. Donde estás ahora es la suma total de las decisiones que has tomado en el pasado. ¿Por qué no preparar el escenario para tu vida en el futuro en este momento?

Estas no son palabras o amonestaciones para sentirse bien. Voy a repetirlo nuevamente:

¿Estás listo para alcanzar la libertad financiera?