Call of Duty: Infinite Warfare
La jugada maestra
A pesar de que Call of Duty sigue siendo una de las sagas más famosas y que está en la lista de videojuegos que mayor número de ventas ostenta cada año, ha sufrido también críticas sobre su comunidad de jugadores y la falta de innovación y calidad en estos últimos años. El modo campaña de las últimas entregas parece más un accesorio que un complemento al resto de modos de juego, y parece que ya no quedan más guerras en la historia de la humanidad de las que sacar jugo para nuevos juegos; siendo así, pues, el modo multijugador online -y el modo zombie- es el preferido por los jugadores. El nivel de exigencia es bastante básico: servidores eficientes, armas equilibradas y diferentes modos de juego.
Sin embargo, la famosa saga se suma a la extendida moda de las remasterizaciones en la que vivimos y nos trae Call of Duty 4 de “regalo” -siempre y cuando paguemos 20 euros extra sobre el precio del juego nuevo- junto con Infinite Warfare. La desarrolladora es consciente del aprecio que le tienen a esta joya nuevos y antiguos jugadores de la saga y, para qué engañarnos, la nostalgia mueve dinero.
Al principio, muchos pensaron que la cosa sería tan fácil como vender Infinite Warfare incluso en el mismo momento de comprar la edición que incluye CoD 4, pues el gancho de compra era realmente éste último. Y así lo hicieron creer hasta poco antes del lanzamiento. Las esperanzas se desvanecieron con la última noticia que nos llegó previamente a la salida de Call of Duty Infinite Warfare, y es que necesitamos indiscutiblemente el juego principal para poder jugar a la remasterización, tanto en físico como en digital. Se aseguran de esa forma un volumen inmenso de ventas de la edición con ambos juegos y evitan, por otra parte, encontrarse con cestas llenas de Infinite Warfare en las tiendas de reventa y los servidores vacíos. Sin duda es una decisión que a los jugadores no ha alegrado, pues muchos pensaban ahorrarse unos euros revendiendo uno de los juegos, no olvidemos que la edición que incluye ambos son 90 euros aproximadamente; pero por parte de la compañía es una gran decisión para evitar que el lanzamiento de su último título se vea empañado o se considere un auténtico desastre.
Aunque es un tema no exento de controversia y que así como a nivel comercial es una acción muy acertada, es el blanco de la ira de consumidores y jugadores; la decisión de la desarrolladora de la última entrega de CoD no deja de ser un movimiento muy inteligente.
