Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Que os aproveche mucho

Pues ya han pasado las elecciones.

Y como había adivinado: estamos bien jodidos.

No, no te confundas, no lo digo desde una visión de votante de derechas escocido por los resultados, ni tampoco tengo una bola de cristal ni puedo (ALERTA SPOILERS) inventar un aparato para viajar por los multi-versos como Tony Stark (FIN DE SPOILERS). No es nada de eso. Sabía que íbamos a estar jodidos como sociedad, como conjunto de individuos que comparten país, porque saliera quien saliera, daba exactamente igual, íbamos a tener cuatro (en la peor de las suertes) de los peores años de nuestra democracia, en los que vamos seguir yendo cuesta abajo como país, como trabajadores y, lo peor de todo, como supuestos seres inteligentes que decimos que somos.

Además, para más inri, de todas las posibles malas opciones que teníamos delante (el dictador subidito, el comunista de casta, el lame culo insoportable, el clon del bigotes) nos vamos a comer con patatas la del mentiroso patológico, que dijo que iba a convocar elecciones, y mintió; dijo que no iba a apoyar a los independentistas y a los proetarras, y lo hizo; el que utilizaba el falcon oficial para ir a bodas, y encima nos reíamos en lugar de pedir dimisiones; el marido de la enchufada cuyo sueldo es secreto de estado, y que la colocamos en un altar como ejemplo de mujer feminista; el que escribió un libro de supuestas memorias donde mentía e iba de listo con citas y comentarios “elocuentes”, y que sigue a la venta en las librerías; y, lo más divertido, el mismo que su propio partido mandó a tomar por culo por ser, según sus barones (que miedo da solo decirlo), un mentiroso compulsivo chiflado que solo busca inflar a cada segundo que pasa su ego.

Amigos, os habéis lucido con la elección. Sois la polla, sí señor.

Al menos es guapito, ¿no?

Aunque se os puede entender (espero que se note el sarcasmo), porque solamente habéis optado por el dicho popular ese de “mejor malo conocido de extraño por conocer”, y, claro, eso es algo que no soy capaz de asimilar, porque no comprendo cómo la gente es capaz de comerse algo que sabe, con toda seguridad, que es una mierda y que va a darle unas cagaleras de campeonato porque, según le han dicho sin descanso, aquello otro que también está en el plano les va a sentar muuuuucho peor. Muchííísimo peor. La confianza, ya se sabe, es ciega.

Pero joder, os lo perdono. En serio. Me suda muchísimo la polla todo lo que está por venir. Os lo prometo. Llevo casi dos semanas con la monserga de que no votar era peor que hacerlo a favor de algo malo, de algo horrendo, de algo que se sabe podrido, y he llegado a un punto en el que os doy la razón solo por cansancio y porque vuestros motivos provienen del miedo que os han metido por la derecha mala, esa que viene a robaros vuestro dinero (el que no se hayan llevado a estas alturas los del PSOE Andalucía, se entiende) y a quitaros la libertad, esa misma que os van a hacer sacrificar los buenrollistas/ofendiditos/progres y toda esa casta de niños ricos de izquierdas que ya os dicen que chistes no aceptar, que libros tachar/quemar/cambiar, que frases decirle a vuestros amigos, o cómo comportaros en la cama con vuestras parejas. Porque sabéis mejor que nadie que el fascismo es solo de derechas, ¡POR SUPUESTO!, y que todo los que a partir de ahora van a estar en el gobierno es una nimiedad comparado con el tren de cercanías que os habría empujado, de nuevo supuestamente, ese coco al que (ha pasado antes y volverá a pasar) en un futuro cercano volveréis a votar para que os saquen de ese pozo de crisis en el que estaremos tan hundidos en la mierda que Zapatero os va a parecer el cuarto Rey Mago de Oriente.

Y sí, seguro que con Vox a la cabeza hubiera sido todo muy peligroso, que de Ciudadanos y del PP tampoco te puedes fiar una mierda y habrían acabado robando todo y más, o que con Podemos/Unidas Podemos/LoQueSea iba a acabar todo expropiado y nosotros pidiendo la vez para comprar, con suerte, una docena de huevos y un litro de leche en el supermercado (ya de los demás mejor ni hablar porque es casi como tirar la papeleta a la basura), y por eso, como no me fio de nadie, desconfío de todos y tengo la completa seguridad que me da la memoria de que saliese quien saliese íbamos a estar jodidos para los restos, me veo en la obligación de recordaros que aquí, donde estamos, y lo que va a pasar en adelante, es culpa vuestra y solo vuestra, por seguir alimentando a esos que solo piensan en ellos y que os comen la cabeza durante un mes, y encima lo gozáis, y en cuanto empiezan a chupar de la teta de nuestros impuestos, de nuestro sudor, nos colocan donde siempre hemos estado en realidad para ellos: en el sótano, amordazados, calladitos y sin mucho que hacer aparte de tragar, tragar, y tragar.

Normalmente suelo meterme en el mismo saco de la humanidad, pues soy parte de ella muy a mi pesar, pero esta vez no: vosotros sois los culpables de lo que vamos a sufrir a partir de ahora por haber votado a quien sea que hayáis puesto en el sobre, y así dejar seguir girando esta farsa llamada democracia parlamentaria, y en adelante no ataquéis a la oposición ni al “enemigo” ideológico de turno, porque en cuanto el de la tesis y el secuaz de turno que le haga de mamporrero por un poco más de poder os den la espalda, a la única persona a la que debéis insultar y culpar por vuestra miseria estará delante vuestra cuando os lavéis los dientes por la noche, os peinéis o afeitéis.

Prometo que voy a dejar la política de lado durante un tiempo.

Es demasiado estúpida y aburrida.