Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Blog Tendencias de Manuel Gris: “El AntiFascista Facha”

El AntiFascista Facha

(retrato de una especie a la alza)

El siguiente retrato no representa ni a todos los antifascistas, ni a los fascistas, ni a todos los votantes de este o de aquel partido. Aunque si te ofendes, lo siento, pero sí que representa a alguien:
a ti.

Hola. Encantado.

Me gustaría daros mi nombre, pero es que en este estado tan tiránico en el que vivimos es importante no solo cubrirse les espaldas, sino también desconfiar de todos y todas y, desde luego, no perder de vista a la realidad. Y eso significa que como no sé quién eres ni que buscas, y ni tan siquiera si piensas como yo, daré por sentado que, en primer lugar, eres mi enemigo y, por lo tanto, prefiero curarme en salud y no decirte mi nombre.

Piensa que es igual que en Twitter (adoro Twitter), por si esta impersonalidad te resulta incómoda.

Pero algo si puedo deciros: soy antifascista. Llevo en la lucha desde que me leí a Marx y Engel (sé que hay más, y los estoy leyendo en los ratos libres que tengo), y comprendí que el capitalismo es la mayor lacra de la humanidad, porque hace que la clase trabajadora jamás sea libre del yugo de los tiranos que viven en casoplones, comen langosta, y no comprenden lo duro que es madrugar y llegar a final de mes con la miseria que nos pagan por trabajar para ellos y ponerles en ese pedestal desde donde nos miran. Lo he vivido en mis carnes, viendo a mi padre deslomarse para poner un trozo de pan sobre la mesa, y a mi madre siendo esclava del patriarcado capitalista y dedicándose todo el día a cocinar, limpiar, y todas esas labores del hogar. Soy testigo de esta verdad porque vivo con ellos (mientras acabo el último cuatrimestre de filología (lleva resistiéndoseme ya tres años)), soy testigo de cómo la sociedad aburguesada pisa a los que estamos abajo, gracias a esas grandes empresas dirigidas por ricos gordos y viejos, que son los verdaderos amos del mundo y nos roban la intimidad con sus aplicaciones y nuevas tecnologías.

Un segundo… vale. Ya está.

Que me quedaba poco de batería en el Iphone X.

¿Por dónde iba? Ah sí: mi lucha.

Como decía, desde que leí los dos libros que me pasó mi profesor favorito (que ahora forma parte de un partido que nos va a sacar de todos los problemas en los que la derecha facha nos ha metido), comprendí que el mundo solo lo podemos cambiar con la lucha popular y callejera, porque no importa quién esté en el gobierno (excepto si llega el partido de mi profesor favorito), el pueblo debe liberarse él solo con movilizaciones, asambleas, manifestaciones pacíficas (hasta que llega la poli y entonces nos tenemos que defender de su opresión), sentadas y sobre todo, lo más importante, haciéndoles ver, mediante eslóganes y vítores (los que más daño hacen a la derecha aburguesada suelen tener un hilo en común: recordarles lo jodidamente fascistas que son en todo cuanto hacen), que les conocemos y no nos van a hacer callar ni con toda la violencia fascista que nos lancen.

Como todo el mundo sabe, los que votan a la derecha son todos malas personas, individuos incapaces de comprender de lo que hablamos y que no tienen otra finalidad que no sea seguir manteniéndonos sin educación, sanidad, cultura, libertad, bares abiertos hasta las cinco de la mañana, casas okupas, y todo lo que verdaderamente significa ser libres en esta sociedad oprimida y esclavizada. Además, por mucho que ellos lo digan, nunca será verdad que nos escuchan o quieren ayudarnos, porque solo les interesa que estemos mudos y quietos, por eso no están nunca de acuerdo con nuestras propuestas de igualdad o de inmigración, porque en el fondo son unos machistas y unos racistas que no quieren ni que la mujer sea libre de la violencia machista, ni que las personas de otras etnias, religiones y colores estén entre nosotros y puedan disfrutar de la vida de privilegios que nunca podrán tener en sus tierras.

Pobres emigrantes: WELCOME A TODOS.

Por eso lucho contra los fachas, porque son personas que no se atreven a aceptar el mundo tal y como se está convirtiendo; lleno de libertad para ser quién quieras y del modo que quieras (eso sí, sin hacer chistes, bromas, o cualquier comentario que incluya, excluya, amenace o haga daño a los que durante años han sido perseguidos por los fachas y ahora, en nuestro presente, pueden ser ellos mismos (también sin decir, hacer, o insinuar nada malo de los demás, o de ellos mismos)). Porque hay que dejar algo claro: ¿qué es un facha?, pues la misma palabra lo dice: alguien que no quiere que seas libre, que impedirá por todos los medios que puedas expresarte como quieras sin miedo a represalias, pero, ante todo, que odian cualquier cosa que simbolice el libre uso de la palabra hablada o escrita y, no hay que nolvidar, que odian la democracia. La odian hasta sangrar porque, sin ella, volveríamos a vivir bajo el yugo de un dictador que nos diría que hacer y decir, y castigaría a cualquiera que pensase distinto que él y sus seguidores.

Pero, y me jode, los fachas nunca se extinguen del todo. Son como chicles pegados en nuestras suelas, como lunares cancerígenos que por mucho que se les ataque vuelven a crecer, y así hemos llegado a esta situación en Europa, donde partidos de ultraderecha (putos nazis) consiguen robarnos votos y escaños. Consiguen que cada vez estemos más cerca de esa dictadura que tanto ansían.

Pero no vamos a permitirlo. Porque si una minoría cree que votando van a conseguir lo que quieren están muy equivocados. No permitiremos por ninguno de los medios que esos fachas, esos enemigos de la democracia, lleguen a nuestro gobierno libremente e instauren su censura y falta de amor por la paz. De eso nada.

Salir a la calle y luchar contra ellos, contra la policía que les protege en sus mítines programados, y no callarnos, es la única manera que tenemos de lograr que la clase obrera sea libre de sus ansias de tenernos atados. De que nos impidan hacer las cosas del único modo que pueden hacerse y que de verdad van a cambiar las cosas.

Soy antifascista, y salgo a la calle para hacer oír a todas las personas que sufren como yo. Así que mis cientos de amigos y yo, que representamos la fuerza del pueblo y su verdadero poder, vamos a seguir adelante sin detenernos, ante esos fachas que con sus ataques intentan que no hagamos lo que democráticamente nos pertenece por derecho: la libertad a ser como queramos (sin ofender a nadie por su religión, etnia, sexo o inclinación sexual).

Somos la última barrera para que el fascismo no llegue al poder.

Somos los salvadores que necesitáis y no lo sabéis aún.

Esta carta ha sido escrita sin ninguna ideología específica por parte de este autor, solo guiado por el cansancio de ver como los abanderados de la libertad son los primeros que deberían mirarse el ombligo antes de hablar o luchar en nombre de un grupo de gente que no les hemos escogido, y que ni tan siguiera compartimos ideales con ellos. Así que no perdáis de vista la verdadera libertad: aquella que nace sin nadie que nos señale hacia donde debemos ir.