Muerte a los superhéroes, muerte a Marvel

Queridos amigos de Marvel os escribo esta vez no por haceros el culo gordo, cosa que ya me esta empezando hartar, si no para pegaros un soplamocos por las consecuencias que estáis creando en la conciencia de los espectadores y en el séptimo arte en general.

Igual muchos que consumían Marvel, antes de la bajada de pantalones frente al pene del ratón orejón, os habéis dado cuenta, pero mucho “me has cambiado”.  Es que resulta que olé por vuestras películas, pero nada más lejos de la realidad y desde mi prisma, eso no es cine, el cine es mucho más complejo y artístico.

Según los tiempos que corren donde todo se tiene que etiquetar con precisión para poder enmarcarlo en algún contexto, desde aquí os propongo diferenciar lo que hacéis vosotros, películas comerciales de entretenimiento con lo que es realmente supone hacer cine; cine de autor, cine con historias originales, buenas o malas, pero originales y no películas como churros.

¿Os pensáis que no sabía que Thanos iba a morir al final de la película? ¿Cuál es la sorpresa? ¿el CGI? O ¿el filtro aplicado por una gran compañía con valores de otro siglo? ¿Superhéroes o princesas modernas?

Seguro que pensáis, “menudo colgado” que no sabe que todo es cine al uso; sí y no, un filete de ternera comprado en cualquier supermercado es carne, pero un filete de ternera gallega cuidada para su perfecta maduración entonces también es carne, ¿no? Igual deberías pensar en lo que hacéis y no me dirijo a vosotros por esto, si no en lo que habéis convertido al espectador. La batalla del cine, no lo puede ganar NUNCA, repito NUNCA lo comercial, de ser así, el cine perderá su carácter artístico y será por completo una prostituta más de las redes capitalistas. Si no lo es ya.

Y es que me parece curioso el contexto donde vivimos y en el que se desarrolla esta disyuntiva cinematográfica; en una época donde nadie se atreve a hacer nada original y todo viene a ser refrito basado en datos, comentarios de fanboys, estudios neuromarketinianos o la vigésima novena parte de algo que funcionó, todavía existe gente del tres al cuarto que no ha visto una película en blanco en negro (no digo que todas sean buenas pero hay muchas necesarias) se atrevan a criticar largometrajes de autor, solo porque en ellos la contemplación se solapa con la acción, las estructuras narrativas son distintas o simplemente muestran lo que quiere el director y no el espectador.

Y aquí viene el que para mí es el gran problema, los videojuegos.

No, repito no, amo los videojuegos me encantan lo admito, pero lo que pasa es que la delgada línea que los separaba del cine ha empezado a caer. No es que haya caído por parte de las productoras, que ellas saben siempre como ganar dinero, la línea cae para el espectador.

Resulta que obsesionados con la inmediatez y las narrativas “quick resolution” buscamos que el conflicto se presente pronto y enseguida haya acción para resolverlo, como pasa en los videojuegos. En pro de los videojuegos, diré que estas narrativas ayudan a crear mundos gigantes de tramas monumentales, pero claro hablamos de narrativas desarrolladas en veinte horas como mínimo, hay videojuegos que duran hasta doscientas horas.  

Y digo que los videojuegos son el “problema” no porque lo sean, si no porque su consumo se ha disparado y su forma de entretenimiento esta cada vez siendo más solida en las mentes de los espectadores y eso lleva, a que ellos esperen algo semejante en la gran pantalla. Entonces los genios de las productoras piensan, ¿qué es lo que más dinero mueve? ¿y si mezclamos dos cosas que funcionan? ¿narrativas de videojuegos condensadas en películas? Ahí lo tienes.

Bueno volviendo al cine. El cine no puede asumir estas narrativas. Bueno poder puede y eso, es lo que hacéis vosotros Marvel, adaptar la espectacularidad del constante conflicto, acción, resolución como forma narrativa. Sin duda, una muy buena estrategia para ganar “billets”, desde luego la traducción de públicos de una industria creativa a otra os ha salido de lujo y lo que es queda, por desgracia. Es aquí donde mi alma pureta cinematográfica florece, porque el cine tiene su propio idioma, sus bases, su estilo y sí, variarlo lo hace más espectacular, pero variar no transformar. El cine es mucho más que una gran pantalla.

Aunque que os estoy contando, si aquí el que manda es el fiambre congelado.

En fin.

En otro contexto, como he hecho otras veces, os daría las gracias por vuestro “cine” pero ya me habéis tocado los huevos.  Ya resulta cansino y si me permitís, monótono tanto memo enfundado en mayas y la verdad, me alegra ver como vuestro comodín de ocho patas y deglutidor de telarañas se os marcha. Ojalá esta noticia sea, el final de una época.

La verdad es que os lo tenéis merecido, porque vuestros productos comerciales están pervirtiendo a la industria y convierte al espectador en zombies hambrientos de superhéroes, os habéis cargado el concepto original haciendo que vuestras hordas de culos apretados, solo quieran ver a sus héroes de la infancia en la gran pantalla viendo como se parte la cara en una sucesión de acción, sin dejar paso a lo artístico (si no os acordáis el cine es el séptimo arte) sin valorar lo contemplativo y lo estructural de las narrativas como elementos diferenciales.

Me sabe mal decirlo, pero el cine que vosotros hacéis es lo que el reggaetón a la música. Claro que tiene su público, pero ¿qué ofrecéis y quien lo consume?  

Y sí, estoy siendo muy hipócrita con vosotros, porque soy el primero que luego va a ver vuestro cine, pero claro si no fuera no podría criticaros, la pescadilla que se muerde la cola.

Aunque el consejo que os doy es que invertías en hacer videojuegos originales y no versiones jugables de vuestras películas, porque eso creerme ya roza la endogamia creativa, tenéis pasta de sobra contratar guionistas que se curren algo nuevo y dejar de refreír las mismas historias en diferentes industrias creativas.

Me consuela pensar que al igual que el spaghetti western terminó su época, tú Marvel y tu “cine” de superhéroes también vais a morir.

Atentamente un fan.