Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Blog de Tendencias: La humanidad y Ricky Gervais

La humanidad
y Ricky Gervais

Antes de entrar en materia me veo en la obligación de hacer una pequeña lista en la que resumiré, a groso modo (no me gusta generalizar, pero la cosa irá así), las miserias que nos ha tocado vivir en este nuestro presente, y esos extraños seres que constituyen la humanidad.

_Políticos que no solo nos mienten con sus planes y sus promesas, sino que también lo hacen con sus estudios y currículums vitae; como si nosotros fuésemos sus padres o les fuéramos a contratar (cosa, esta última, que por desgracia hacemos sin pensar mucho).

_Anormales, que con suerte saben cómo chuparse el dedo, que ganan un pastizal gracias a la prensa rosa, al tiempo que personas que tienen como meta ayudarnos en la vida y que se pasan su existencia estudiando y amasando conocimientos mal viven en casuchas de una sola habitación o en furgonetas habilitadas.

_Ofendidos profesionales que tratan de dinamitar la vida de otras personas, que solo buscan darnos entretenimiento y risas, inventando falsas banderas que mover al viento mientras queman las yemas de sus dedos en teclados de móviles y ordenador. Eso sí, las suelas de los zapatos permanecen intactas; como sus peinados y su fanatismo.

_Orangutanes que creen que el mundo es suyo y pueden coger lo que quieran, y que odian instintivamente, y una vez bien atado proceden a violarlo, golpearlo, quemarlo, lapidarlo, y un sinfín de atrocidades más cerca de nuestros más lejanos antepasados que de lo que supuestamente somos.

_Los que maltratan animales (este punto es sencillo, ¿no?)

Creo que, más o menos, ya sabéis por dónde van los tiros, ¿sí?, pues entre toda esta escoria que nada aporta, entre todos los que tienen la misma utilidad que las piedras esas pequeñas que se meten en nuestros zapatos y sandalias cuando vamos tan tranquilos, y sin meternos con nadie, por la calle, hay un humorista que lleva toda su carrera escupiéndoles en la cara sin dejar de reírse, sin pedir disculpas (no tiene por qué darlas tampoco) y luchando contra esa parte de la sociedad que nos come el terreno y solo quiere que se acaben las risas, seguramente porque jamás se han reído sinceramente o, a estas alturas, no pueden por estatus social o moral (a saber qué significa eso).

Ricky Gervais ha vuelto con Humanidad, con un monólogo que es un golpe sobre la mesa para que despertemos y nos unamos a su bando, una carcajada que suena entre todos los gritos de falso buenrollismo e inútil buena moralidad que trata de agarrarnos del cuello: y entonces se baja la bragueta y se mea en la puta cara de todos nosotros.

Y yo, y muchos, no podemos evitar abrir la boca y partirnos de la risa.

Tuve la suerte de descubrirle antes de que América le diera una oportunidad, y con alegría puedo decir que no ha perdido ni un poco de esa mala baba patentada y que encuentra en los que buscan la verdad maquillada de humor un faro que proteger contra los que no entienden que alguien pueda hacer chistes sobre violación, cáncer infantil, pedofilia, el holocausto nazi, y todo lo sagrado que pueda haber en este mundo. Y leed atentamente, no he dicho que SE RIE de estas cosas, porque solo un gilipollas podrías hacer algo así, he dicho que HACE CHISTES sobre el tema, porque como él bien aclara en su espectáculo: los chistes solo ofenden a quienes quieren que les ofenda, y atacar a alguien por eso o decirlo en voz alta no te da la razón ni te hace mejor que nadie, porque también hay gente a la que le ofenden los negros, los homosexuales, la pobreza, ¿y entonces qué?, ¿ellos también tienen razón? Me da que no. La base es que si algo no te hace gracia pues no lo compres, no lo leas o no lo sigas por las redes sociales, porque al final serás tú (sí, TÚ) el que va a quedar como una persona horrible y por completo estúpida, como por ejemplo (lo siento, Spoiler) la situación que describe en su último monólogo, que viene de un mensaje que puso en Twitter llamando cabrones a los que maltratan animales, y un usuario le contesto que No hacía falta usar la palabra “cabrones”… ¿En serio?, ¿a qué jugamos?, ¿de verdad estas personas saben contra qué hay que luchar en este mundo, o simplemente se lanzan de cabeza en dirección a lo primero que les huele a una buena causa o a una oportunidad perfecta para quedar como unos completos imbéciles?

La raza humana, damas y caballeros. La humanidad en su máximo esplendor.

Os invito a todos a verlo en internet o Netflix, y no porque esté seguro de que os gustará (también hay personas que no les gusta Ignatius o Raul Cimas, y no por eso deben dejar de verse), sino porque es necesario que este rico y gordo inglés (palabras textuales del propio Ricky) empiece a ser considerado (si no lo es ya) una de las voces más necesarias de nuestro tiempo.

Así que, por favor, haceros un favor, y dejad de ser humanidad.