Blog de cine: El Gran Baño: ¡barrigas al agua, chicos!

El Gran Baño

¡Barrigas al agua, chicos!

por Rosa Panadero

En estos tiempos de “sorority” o hermandad femenina frente a manadas de salvajes, Guilles Lelouche propone una comedia del tipo Un Golpe con Estilo o Full Monty, en la que la fraternidad masculina salva a un grupo de hombres en medio de sus crisis existenciales.

Las historias de cada miembro del equipo de natación sincronizada masculina –sí, ha intuido bien la idea, barrigones saltando a la pileta y formando figuras en gráciles piruetas– expresan la insatisfacción por saberse diferentes al resto de la sociedad. Cada vez que entrenan su vida cobra sentido, para regodeo de los bullies (la figura del cuñado sabelotodo también existe en Francia) y del musculoso equipo de waterpolo con los que comparten las instalaciones.

En la película no se libra nadie de ser un poco rarito: hasta la preparadora tiene su punto de inadaptada social.

El punto de inflexión vendrá con la ayuda de una segunda entrenadora, que desde su silla de ruedas les hará sentir la dureza del esfuerzo físico. Todo parece patas arriba, nada promete un final feliz, pero el esfuerzo de grupo se encargará de la magia.

Desde la cómoda butaca del cine podemos respirar aliviados porque nos libramos de vivir esas ridículas situaciones, e internamente animamos el esfuerzo de la última etapa a pesar de temer la vergüenza más absoluta.

Las redes sociales y YouTube tendrán la última palabra para difundir los hechos de esta escuadra singular a la que la prensa tradicional les niega en sus páginas de papel.

El mensaje que entre risas lanza esta película es que los estereotipos sociales no funcionan en una época en la que la variedad de estilos es la norma común y los Victoria´s Secrets no tienen nada que aportar.

Aceptarse como somos y un poco de cooperación con los demás produce resultados inigualables.

Si ellos fueron capaces de debutar en la natación sincronizada masculina, por qué los demás no podríamos desafiar nuestros miedos internos y lanzarnos a la piscina, barriga incluida.