Blog cine: Star Wars, el último Jedi

 Star Wars, el último Jedi 

Y la churrería galáctica continúa

Veamos. Tengo dos problemas con esta película: uno bueno y uno malo. El malo primero.

¿Se nos ha ido la olla? ¿Desde cuando los seres humanos no explotan en el vacío del espacio? Y, ¿desde cuando a los seres humanos nos gusta ver dos horas y media de película en la que parece que no se esté haciendo nada? Aparecen personajes nuevos, eso sí, pero no da tiempo a conocerles (en dos horas y media, tócatelos…), y además pelín absurdos. Por otra parte, El despertar de la Fuerza fue como Una Nueva Esperanza Ver. 2.0; pues bien, entre los AT-AT, y la batalla final en la que Luke Skywalker acaba jodido, yo diría que casi casi, hay cierta alineación argumental con El Imperio Contraataca. Eso sí, con efectazos visuales, nuevas naves, y todo lo que te imagines que puedas comprarte después en forma de LEGO, peluches, videojuegos, gadgets, juegos para niños y un largo etcétera.

Por seguir con esto, Kylo Ren tiene un duelo interno de niño enrabietado porque resulta que su tío Luke sí que quería asesinarle. Me enfado, mato a mi padre, y después de salvar la vida a la chica Jedi y poder salvar la galaxia, decido que no, que sigo siendo más malo que meter a un wookie en Sevilla en agosto. Eso sí, con conexión mental con Ray (la chica) para siempre por la gracia del malo malísimo (otro Emperador pero con la cara aún más fea y que termina muriendo a manos de su aprendiz, otra vez). No sé cómo acabará este personaje, pero muchas vueltas tiene que dar la vida para que acabe bien. Es un malo un poco absurdo.

Además, parece que la Rebelión no sepa que antes de despegar hay que mirar si tenemos el depósito lleno, que luego las batallas pueden hacerse largas, sobre todo cuando no quedan bases estratégicas a las que ir en caso de emergencia. Eso sí, la ideíta de estrellar la nave insignia contra el mega destructor del Imper… perdón, la Nueva Orden, se nos ocurre al final de la película. Cuando podrían haberse salvado miles de vidas si hubiésemos pensado un poquito desde el principio.

El argumento de la película, dejando a un lado las cosas que rayen lo absurdo, no está del todo mal, aunque es inevitable pensar en los paralelismos con El Imperio Contraataca, y en general con la trilogía original. Lo que hay que tener en cuenta también, es que en las precuelas también surgieron personajes de la nada, ocurrían cosas sin sentido, como que Anakin Skywalker le levantara la voz a la puñetera Reina de Naboo delante de su consejo personal, y luego sin embargo pretendía ligársela. El caso es que esta nueva trilogía está yéndose un poco de madre en cuanto a argumentación, porque, básicamente, han abierto el cajón de los recuerdos y han tirado de ahí; cuando, espero, hay talento de sobra para crear cosas nuevas.

Entiendo que lo han hecho así para que el público empatice más, o disfrute más porque ciertas cosas le suenan, o le parecen como las originales, y así parezca que la película tiene más calidad. Eso sí, Yoda sale en forma de muñeco y no hecho por ordenador. Ojo, un genio anda suelto.

En cuanto a la música, mejor que en El despertar de la Fuerza, pero sigue manteniendo una calidad peor que en la trilogía original y las precuelas, sobre todo a nivel musical. En cuanto a capacidad narrativa, la mejoría es indudable porque ya tenemos el antecedente del Episodio VII, lo que permite saber cuál es el tema de Ray, de Kylo Ren, y además tenemos los temas de Leia, la Fuerza, etc. El tema de la fuerza aparece con acusada frecuencia, algo que, por lo menos a mí, me pareció bien, no tanto a nivel narrativo, sino a nivel estético (como prácticamente toda la música de la película).

Vamos con el problema número dos: las dos horas y media se pasaron volando. Este es el problema que veo con secuelas / precuelas / saca cuartos que se están poniendo de moda desde hace tiempo (El Hobbit, Saga de Prometheus, Jumanji, y ahora, Star Wars). Consisten en coger elementos de películas de muchísima calidad, se le aplica una fórmula comercial, se escogen con calidad tres o cuatro elementos (actores, escenas concretas, efectos especiales, merchandising, lo que sea) y ala, para casa que refresca. Estas películas se disfrutan, y mucho, porque son nuevas, de algo que ya conocemos, y que sabemos que nos gusta mucho. Un servidor se ha visto las sagas de Alien, El Señor de los Anillos, Star Wars y alguna más, más de una docena de veces; y me gusta ver las películas nuevas porque es algo que necesito ver. Quizá por saciar la sed de novedades sobre un universo que nos vuelve locos, quizá por razones puramente racionales como comprobar que no estarán a la altura de las originales (o sí) estas películas recaudan tanto dinero, porque la gente tiene mil razones, emocionales o no, para ir a verlas.

Y no sería un problema de no ser porque el propósito de hacer estas pelis es hacer caja y no centrarse en hacer las cosas bien. Es la diferencia entre hacer un bizcocho echando la tarde, con amigos, con música, y meter todos los ingredientes al robot de cocina y hacer tiempo. Da la sensación de que metan todos los elementos a la maquinaria, y lo único que hagan sea darle al botón y esperar el cheque.

Sin embargo, es una buena película, que es lo peor. Se disfruta, es graciosa, y se toma su tiempo en ciertas escenas importantes. Con el tiempo, las nuevas generaciones que están viendo esta trilogía con apenas 10 años, tendrán en su memoria estas películas como un servidor tiene, en su generación, las precuelas. Aunque he de decir, de manera completamente fría y racional, que los Episodios I, II y III les dan mil vueltas a esta trilogía.